Reflexión

El paradigma griego – Por Juan Pedro Rivero

La situación financiera de Grecia ha quedado grabada en nuestra retina en la imagen de la jubilada llorando a la entrada de una sucursal bancaria. Las lágrimas de alguien que no es responsable de los itinerarios macrofinancieros. Como siempre, unos pocos deciden y otros muchos padecen las consecuencias. Solidarios para el bien y, también, solidarios en el mal. Los titulares de la prensa en estos días nos han dejado inquietos.

No somos capaces de elaborar un juicio porque se cruzan las informaciones, se politizan las decisiones, y terminamos perdidos en una maraña da causas y consecuencias, de culpabilidades y damnificados de múltiples colores. ¿Qué le ocurre a Europa? Para quienes tengan curiosidad, no estaría mal que nos adentráramos en la última encíclica del papa Francisco Laudato Si; para quienes no tengan mucho tiempo, les regalo un párrafo del número 189 que, tengo para mí, puede iluminar algo de lo que nos está ocurriendo: “La política no debe someterse a la economía y ésta no debe someterse a los dictámenes y al paradigma eficientista de la tecnocracia.

Hoy, pensando en el bien común, necesitamos imperiosamente que la política y la economía, en diálogo, se coloquen decididamente al servicio de la vida, especialmente de la vida humana. La salvación de los bancos a toda costa, haciendo pagar el precio a la población, sin la firme decisión de revisar y reformar el entero sistema, reafirma un dominio absoluto de las finanzas que no tiene futuro y que sólo podrá generar nuevas crisis después de una larga, costosa y aparente curación”.

Alguno podrá pensar: ¿Qué hace la Iglesia hablando de cuestiones políticas y económicas? ¿Por qué no le deja el tema a los expertos? Y, sin ánimo de dogmatizar, creo personalmente que no lo puede dejar de hacer. Por muchos motivos. Pero sobre todo por fidelidad a Jesús de Nazaret, que la ha constituido en medio del mundo como sal y como luz. Nada verdaderamente humano está lejos de la preocupación de la Iglesia. Mucho más cuando decisiones pueden generar consecuencias en las que el bien común quede afectado seriamente. No vale todo… No todo vale igual…

“Las finanzas ahogan a la economía real. No se aprendieron las lecciones de la crisis financiera mundial y con mucha lentitud se aprenden las lecciones del deterioro ambiental. En algunos círculos se sostiene que la economía actual y la tecnología resolverán todos los problemas ambientales, del mismo modo que se afirma, con lenguajes no académicos, que los problemas del hambre y la miseria en el mundo simplemente se resolverán con el crecimiento del mercado.” (Laudato Si, nº 109).

@juanpedrorivero