entre nosotros

PSC-PSOE: ¡ultrajados y sometidos!

Se publicó un viernes 16 de diciembre de 2005, hace casi diez años, en DIARIO DE AVISOS, bajo el título de PSOE de Tenerife, un barco a la deriva, en el que un servidor escribía: “El nivel de crispación interna es insoportable. La ingobernabilidad, indisciplina y desunión es inaguantable. La cosa está más negra que un barril de chapapote (?)”. Hoy escribiría lo mismo, con el añadido, de que el partido ha quedado convertido en una caterva de ratas y tiburones y tiburonas.

Han vivido momentos de serias dificultades y conflictos, tanto internos como externos, en el PSOE canario, pero ¡jamás! sospeché que llegaría a mendigar cuotas de poder. Vejados, humillados y tiranizados por una Coalición Canaria que, a pesar de ser la tercera fuerza política, y gracias al vomitivo apoyo del PSOE canario, seguirán, con Fernando Clavijo de presidente, gobernando… y son 22 años.

Limpiar el suelo pisoteado por Coalición Canaria con la lengua, es lo último que se podría esperar del PSC-PSOE. No me gustaría verme en el pellejo de los afiliados del PSOE canario sintiendo la vergüenza que les están haciendo pasar los dirigentes que han vendido el partido a los nacionalistas de Coalición Canaria. Han tragado todo lo que le han echado. Y mientras los nacionalistas han hecho lo que le han salido de los cojones, los socialistas del PSOE, acojonados y obedientes hasta el sometimiento. Pregunto: ¿quién es, o, qué cargo orgánico tiene Patricia Hernández en el partido para obligar a Javier Abreu a votar a Coalición Canaria en La Laguna? Esa no cuela ni con vaselina. Mira, chaval de labia fácil, no te pases de listo, ni intentes tomarnos el pelo, y mucho menos, hacerte el mártir; has dejado al descubierto al verdadero Javier Abreu: un pelele de la política canaria.

Lamentable espectáculo el que nos ha ofrecido el PSOE canario. Un partido socialista descabezado, sin dirección y a la deriva, lo más parecido al Club de Los Buitres Carroñeros (Patricia, Julio Cruz, Espínola, los Abreu, Javier y Aurelio, Cejas, José Miguel), escuchen: ¡haraganes!