SESIÓN DE INVESTIDURA > LA OPOSICIÓN

Rodríguez emplaza a Clavijo a gobernar para la “mayoría”

Román Rodríguez, portavoz de Nueva Canarias. / FRAN PALLERO
Román Rodríguez, portavoz de Nueva Canarias. / FRAN PALLERO

Román Rodríguez echó en cara a Fernando Clavijo su “falta de concreción” en el discurso de investidura y la presidenta del Parlamento, Carolina Darias, fue generosa con el portavoz de Nueva Canarias en la administración del tiempo asignado.

Tras un preámbulo de gratificaciones varias, así como de abrazos y besos virtuales, Rodríguez desmontó el armario de Ikea que, dicho con otras palabras, el candidato había montado con tornillos de plástico.
Antes de especificar sus propuestas, el expresidente del Gobierno regional repasó la gestión de los últimos años y comentó la actualidad política internacional. En la réplica, Clavijo le recordó que él nunca había estado en esta Cámara y que no ha asumido responsabilidades en la Administración autonómica. Y, en un tono cariñoso, bromeó sobre sus dotes de profesor.

Con los datos de las elecciones del 24 de mayo en mente, Román Rodríguez aseveró que el cambio político es “inevitable” en las Islas. “No se ha gobernado”, denunció, para la mayoría. “Quien no sepa interpretar este mensaje de la ciudadanía se equivoca”, advirtió. Impregnado de un “tufo liberal”, emplazó a su interlocutor a “elegir” entre la austeridad y el compromiso social.

A Clavijo no le hizo gracia que Rodríguez lo metiera en el saco de la “derecha”, pero el líder de NC miró para otro lado. “Es falso que lo público sea ineficiente. La derecha se lo ha inventado”. En tales circunstancias, Rodríguez reclamó más recursos públicos y menos cuento con la cuentas. Tampoco sentó bien a Clavijo el ejemplo de la ley del suelo de Aznar. El aspirante negó que esa fuera la causa de la burbuja inmobiliaria y no le dio vergüenza desnudar su intención de quitar el corsé a la gestión de la ordenación del territorio; dentro, resaltó, de un escrupuloso respeto al medio ambiente.

Enérgico se mostró Román Rodríguez en contra de la implantación del gas, lo cual, alertó, “impedirá o retrasará” el despliegue de las renovables. “Habrá muchos problemas en Gran Canaria”, vaticinó, “porque hay un gran rechazo institucional y ciudadano”. Fernando Clavijo sopló molinos de viento y se remitió a las “doce directrices” que su Ejecutivo llevará al Legislativo para un debate sereno.

La fiscalidad es para Román Rodríguez como el bigote, un apéndice del que no se puede desprender por las buenas. “Canarias tiene un problema que condiciona todas las políticas”, arguyó. Según sus cálculos, el Archipiélago necesita 2.000 millones de euros adicionales al año. En ese plan, apeló al autogobierno para que fluya el crédito a las empresas y las familias. Clavijo respondió que no conoce en la historia de la democracia a ningún país que haya salido de la crisis aumentando la fiscalidad. Se despidieron como amigos.