El domingo pasado sentí una inmensa alegría al conocer que el pueblo griego había dicho no al chantaje y la extorsión de la Troika y Merkel. Una lección de libertad y democracia de un pueblo al que han intentado someter desde el terrorismo de la Unión Europea, sus líderes y tecnócratas, que se han quedado con el culo al aire con sus imposiciones y exigencias de estrangulamiento contra un pueblo que quiere, pero no puede. Hice una apuesta clara por la unión de los pueblos europeos, entendida ésta como la fuerza que en aquel momento exigía la economía mundial y globalizada. Reconozco mi error, al comprobar que lo que realmente apoyaba era la Europa de los mercaderes y el terrorismo social. Porque no una, sino en dos ocasiones en menos de seis meses, desde instituciones europeas como la CE (Comisión Europea), el FMI (Fondo Monetario Internacional) y el BCE (Banco Central Europeo), se ha intentado amedrentar y confiscar a un pueblo, en este caso el griego -ya lo vienen haciendo hace tiempo con los españoles-, precisamente saqueado por los gobiernos de la derecha insaciables.

Los títeres de los que se nutre el terrorismo europeo los tenemos cerquita de nosotros. Sin ir más lejos, el siniestro y calcinado Mariano Rajoy, fue uno de los que colaboró activamente en infundir el terror y la angustia al pueblo griego, al decir días antes de la consulta: “Si el referéndum se celebra y pierde Tsipras, será bueno para Grecia”. Dicho de otra manera: “Si el pueblo griego vota y gana Tsipras: ¿qué pasará, señor Rajoy?”. Lo más probable es que trate usted de hundir al pueblo griego, lo mismo que ha hecho con el español, siguiendo las órdenes de Merkel y la Troika. Tsipras ganó, y el pueblo griego no se acobardó, y dijo NO al terrorismo europeo. Ahora, los que realmente están acojonados son la Merkel, su pandilla de terroristas, y la Troika. El pueblo griego ha dado al mundo toda una lección de libertad y democracia, pero sobre todo, de DIGNIDAD. ¡Viva el pueblo griego!