al golpito

La Venezuela encarcelada – Por Rafa Lutzardo

Se supone que América Latina es la patria grande de todos los latinoamericanos. Valores universales como los derechos humanos, la libertad de expresión o la independencia de los poderes no pueden esconderse bajo la injerencia. Discrepar no es motivo para ser encarcelado. Democracia significa el cotejo de puntos que pueden ser discrepantes, así lo señala el expresidentes peruano, Alejandro Toledo. Palabras bonitas si tenemos en cuenta que Venezuela carece de todo lo expuesto anteriormente, especialmente cuando en la actualidad están encarcelados los presos de conciencia que están representando en los líderes de oposición Leopoldo López y Daniel Ceballos. Ambos están en la cárcel por su papel en las protestas no violentas de febrero de 2014. López y Ceballos abogan por la protesta no violenta y pacífica ante la injusticia y la impunidad. Han instado a que el pueblo de Venezuela resuelva sus problemas constitucionalmente. Al igual que ocurriera con otros activistas famosos de la No Violencia; Mahatma Gandhi y Martín Luther King, Jr., ellos están pagando un precio muy alto en su búsqueda incesante de justicia. Por si fuera poco, ese pedazo de armario de carne humana, amenaza al pueblo venezolano argumentando: “Que si la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llegara a tomar la mayoría en la Asamblea Nacional, en el país se desataría un proceso de confrontación social de calle en que él sería el primero en lanzarse para defender su revolución. ¿Dónde está la democracia en Venezuela? Nuestro pueblo no se va a dejar quitar la revolución”. Provocador, desafiante y dictador. Al margen de ser un analfabeto e ignorante, una veleta y un timón sin rumbo, contaminado e intoxicado por la fiebre de la locura del chavismo, siendo su creador el ya desaparecido presidente, Hugo Rafael Chávez Frías, las fuerzas vivas de Venezuela se ven impotentes para que la dictadura del Nicolás Maduro sea derrocada. Un pueblo que se muere de hambre, con un alto índice de criminalidad, escasez de alimentos, medicinas, largas colas para poder obtener un pollo o un paquete de harina, cartilla de racionamiento y el bolívar totalmente devaluado, motiva la decadencia de un país que en otra época fue próspero y rico. Por otro lado, las cárceles del bello país caribeño se encuentran masificadas de jóvenes protestantes, siendo humillados y vejados por los militares del poder. Tampoco pasa desapercibido el famoso Helicoide de Caracas, ocupado por presos políticos en desacuerdos de la injusticia dictatorial y provocadora del Gobierno de Nicolás Maduro. Ante tantas miserias e inseguridad y el sufrimiento de millones de venezolanos de las clases más pobres, Desmond Tutu, conocido activista sudafricano de derechos humanos, Premio Nobel de la Paz en 1984, condena la violación de los Derechos humanos en Venezuela e insta a Nicolás Maduro a liberar a todos los presos políticos de su gobierno. También, condenó categóricamente “que mientras cientos de políticos se reúnen alrededor de comidas suntuosas y disfrutan de buen vino, 77 presos languidecen en las cárceles en Venezuela.