soliloquio

Almohadas viscoelásticas

En el mes de la holgazanería todo sigue igual o parecido. Lo digo, porque de lo poco que leo estos días en la prensa me sorprendió sobremanera lo de la alcaldesa Colau, que ha caído en su propia trampa; la de los gestos fatuos de cara a la galería. Ya puestos que quite también el cuadro que la cornamenta cada pleno. Y, si lo considera, que cambie la parte de la historia que le venga en gana. Aseguran que van a trabajar “desde el consenso y con las fuerzas de la oposición” para revisar la simbología, motivo por el cual han encargado a la dirección de patrimonio del Instituto de Cultura de Barcelona -ICUB-, institución independiente donde las haya, un estudio que acabarán en unos ocho meses.

240 días durante los cuales un montón de gandules van a comer por la cara, y, lo digo porque ese surrealista trabajo se hace en diez días, levantándose a las siete de la mañana y trabajando ocho horas diarias. Proponen acotar la historia a los dos últimos siglos, así como, su simbología, ya que según ellos la memoria “es más intensa en los últimos siglos que en tiempos anteriores”, pero señalando que es un criterio discutible que se decidirá desde el consenso, y dos piedras. Más otros cuatro meses en asamblea para decidir.

Este mes de agosto se diferencia con otros años por lo de las parejas que se están arrejuntando en la política española para arrasar con todo lo talable, y en que estas no paran de dar la tabarra con sus nuevas transiciones. Han descubierto que no hay nada para dormir profundo y tranquilo como usar las almohadas viscoelásticas, cada uno con la suya y con la firmeza más adecuada para relajarse y soñar a gusto. La espuma viscoelástica se adapta a la forma de la cabeza y al cuello de manera gradual para descansar calmo. Un material pasmoso para dormir como un bebé y levantarte con ganas de lacerar lo que sea; la Constitución, la Transición, el Himno o a Cataluña.

Estos días hemos sabido que Carmena y Pedro Sánchez se han llevado a Carmona por delante y por flojo. De otras fuentes, hemos sabido que los cinco aislacionistas de Juntos por el Sí o el No han jugado a lo del amigo invisible entre ellos y hete aquí que todos llevan su viscoelástica adaptable a lo que sea. Fíjese si se duerme bien con la susodicha que Oriol y su ERC salvaron a su amigo Artur de que en la última sesión parlamentaria antes del 27S hubiera sido vilipendiado.

Es inútil que siga rezando. Hasta Dios se va de vacaciones en agosto, García Márquez en Diecisiete ingleses envenenados. Leamos.