La bola del remolque (bis)

1. Varios son los lectores que me han escrito, a propósito del artículo publicado aquí sobre la habitual volada del mago de colocar una pelota de tenis encajada en la bola del remolque de su Toyota. Estas cartas barajan las más diversas teorías y yo las agradezco todas, pero hay una, firmada por Pedro David Díaz Rodríguez, con la que demuestra que conoce el asunto en profundidad. La misiva, a través del correo electrónico, llega desde Fasnia. Me cuenta el desocupado lector, y yo lo agradezco mucho, que el mago ha inventado lo de la pelota de tenis en la bola del remolque para evitar que ésta se llene de herrumbre. Resulta que las casas de repuestos venden el kit del remolque completo, incluyendo la protección de goma. Pero he aquí que las roban. Y no es cosa de comprar, una y otra vez, el gancho entero. Llevar la bola sin protección provoca su deterioro a la intemperie y el riesgo de que se dañe muchísimo a otro coche si se le roza aparcando o en un choque por alcance. E indica nuestro comunicante que abrir la pelota de tenis y colocarla en la dichosa bola demuestra que el mago es un tipo ingenioso.

2. La carta de Pedro David me ha encantado, está muy bien escrita y refleja perfectamente esa filosofía. Se pregunta si yo he visto alguna vez cargar 1.000 kilos de papas en un Ford Focus, defendiendo que el mago adopte marcas como Mitsubishi, Nissan o Toyota, que son vehículos más fuertes y adaptados al campo escarpado en los que el mago trabaja. En fin, que el lector indica que el artículo le pareció curioso, al principio, pero luego advirtió en él cierto tono peyorativo.

3. No era mi intención burlarme del mago, sino hacer un ejercicio descriptivo de sus andanzas. Creo que a lo largo de muchos años lo he conseguido. Hay innumerables anécdotas de este espécimen que yo he contado en varios libros. Y lo de la pelota de tenis me parece, al menos, pintoresco. Agradezco mucho las cartas de los lectores, respetuosas y que aportan puntos de vista sobre lo que yo digo aquí. Y son muchas, no crean, lo que ocurre es que esta no es una sección de cartas al director. Mas se agradecen. Todas.
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