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La caída del precio del petróleo recrudece la crisis que sufre el país

El precio del barril de petróleo no para de caer en Venezuela y fue el propio presidente, Nicolás Maduro, quien anunció esta semana que el precio del barril se encuentra ya en 46 dólares. En caída libre o “desplome libre”, como reconoció el jefe del Ejecutivo, está el principal recurso económico del país, del que depende aproximadamente el 96% de las divisas que recibe Venezuela y con las que afronta la importación de los productos básicos y al pago de la deuda exterior.

Lo cierto es que el precio del petróleo no ha parado de descender (2014 terminó con un valor que rondaba los 62 dólares el barril), menguando así las expectativas de remontar la crisis económica en que se encuentra sumergido el país, que pese a poseer las mayores reservas del mundo de crudo entró en recesión a mediados de 2014.

No obstante, a pesar de esta situación preocupante que padece el principal bien económico del que dispone Venezuela y el evidente desabastecimiento de productos básicos que sufre la población, no provoca una reacción en el Ejecutivo, cuyo presidente aseguró que “la inversión social con petróleo a 100 o petróleo a 0 se va a mantener”. “Baje el petróleo o suba, la inversión en la educación se va a mantener y ampliar”, en unas declaraciones recogidas por el periódico El Universal.

Un espejismo si se tiene en cuenta no solo la situación deficitaria que sufre Venezuela, sino porque precisamente con los fondos del petróleo es como mantiene los programas sociales que incluso anuncia que va a incrementar. Sirva como ejemplo el hecho de que la estimación para realizar los presupuestos de 2015 por parte del Gobierno mantenía una previsión de 60 dólares por barril para calcular lo que ingresarán por ventas de petróleo, lo que pone de manifiesto una clara situación deficitaria del país que posee la mayor inflación del mundo.

Y todo ello teniendo en cuenta que la práctica habitual del Gobierno ha sido la de subestimar el precio del crudo a la hora de realizar las previsiones presupuestarias, para poder tener más libertad a la hora de derivar los los ingresos adicionales que otorgaba el crudo.