LUNES MINERAL

Cruda estela

El verano que declina deja una cruda estela de machismo criminal, agravada, en algunos casos, con el asesinato de hijos, como si no fueran suficientes el dolor causado y la trascendencia de la lacra social que significa. Es imposible permanecer insensibles a este problema, sobre todo, cuando se contrasta que las medidas de prevención están siendo insuficientes o resultando deficientes e incompletas.

Alguien tenía que tomar la iniciativa para hacer reflexionar y apelar a la necesidad de mancomunar ideas y esfuerzos con tal de poner freno y reconducir ese preocupante repunte. Lo hizo el Partido Socialista Obrero Español que propone un acuerdo social, político e institucional contra la violencia de género denominado una sociedad libre de violencia contra las mujeres. Veremos el recorrido que tiene la propuesta; pero, independientemente de las aportaciones que la enriquezcan o perfeccionen, es cuestión de no dilatar demasiado. Las circunstancias son acuciantes, la sensación de miedo se extiende y los agresores se envalentonan a partir de una creencia: hay debilidad y fallan los mecanismos de respuesta. maría ángeles carmona, presidenta del observatorio contra la violencia doméstica y de género, ha reconocido que “cada crimen representa un fracaso del sistema”.

Y no basta, como se ha visto, expresar la consternación en manifestaciones silenciosas o participar en otros actos de protesta y repulsión. Está bien, hay que hacerlo; pero se requiere algo más, y algo más sólido y operativo, para no resignarse a convivir con el problema. De ahí que aspectos contenidos en la propuesta socialista deban ser plasmados de la forma más adecuada para tratar de garantizar la triple finalidad de atender, asistir y proteger a las mujeres que, estando en situación de vulnerabilidad, precisen, junto a descendientes, de una mayor seguridad.

Por eso, aún admitiendo un cierto fracaso en las políticas preventivas que hasta la fecha se han venido aplicando y desarrollando, hay que perseverar hasta lograr la modificación y erradicación de ciertos códigos o patrones de conducta. Y hay que convencer a las mujeres de que es indispensable hacer uso de las medidas a su alcance para frenar el problema o impedir que se consuman los peores resultados. Desde la entrada en vigor de la ley integral contra la violencia de género, solo una de cada tres mujeres asesinadas había presentado denuncia. Luego, se hace imprescindible poner en marcha, en los juzgados o donde proceda, el denominado acompañamiento judicial personalizado, con el fin de hacer accesible y confiable el asesoramiento preciso y hacer más seguro el procedimiento iniciado. En la propuesta socialista, por cierto, se habla también de establecer protocolos de intervención específicos para la atención integral a las mujeres que hayan retirado su denuncia por presunta violencia de género.

Yhay que insistir, asimismo, en la activación permanente del denominado plan nacional de sensibilización y prevención de la violencia de género para luego poner en marcha otras medidas ejecutivas que prevengan, protejan y reparen el daño a menores víctimas de este tipo de violencia. Es, si se quiere, una cuestión de educación y de civismo, de ahí que esa otra iniciativa de la mencionada propuesta, consistente en incorporar al currículo en todas las etapas educativas la formación específica en igualdad, educación afectivo-sexual y prevención de comportamientos violentos, sea de lo más interesante. porque esta lucha se gana no solo con medidas punitivas sino con sensibilidad, ganas, actitudes y disposiciones que borren, de una vez por todas, esta lacra social que tanto espanto viene causando.