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Javier Tolentino: “Los festivales de cine son espacios de libertad”

Javier Tolentino en el Festivalito de  La Palma. / DA
Javier Tolentino en el Festivalito de La Palma. / DA

Por Benjamín Reyes

Es decir Javier Tolentino y es pensar en cine. Esta asociación de ideas se debe a que su programa radiofónico El séptimo vicio, que se emite en Radio 3 de RNE, lleva en antena desde 1999. Asesor del Parlamento Europeo en materia de cine, además ha escrito tres libros sobre cine: Julieta en el país de las maravillas, una conversación con Norma Aleandro, Ni tiburón ni mojarrita, diálogos con Leonardo Sbaraglia y El cine que me importa. La semana pasada grabó cuatro programas en el marco del X Festivalito de la Palma, uno de ellos a medianoche en las inmediaciones del Pico de Birigoyo bajo un manto de estrellas. Una experiencia única.

-¿Cuál es el cine que le importa?
“En principio no tengo ningún prejuicio y todo el cine me importa, pero a los quince minutos empiezo a notar que ciertas películas no me interesan. Al final de año en mi memoria solo se quedan diez títulos. Son las diez películas que vas a recordar y sugerir. Lo que tienen estas diez películas es que me han conmovido. El cine que me importa es el que tiene verdad, el que se plantea hacerlo honestamente”.

-¿Cuál es la primera película que recuerda a ver visto?
“Las primeras películas que vi estaban relacionadas con el folclore español que auspiciaba el franquismo. Sin embargo, los primeros filmes que me entusiasmaron fueron los de El Gordo y El Flaco, los hermanos Marx, Charlot, Buster Keaton o Harold Lloyd. A los 12 o 13 años entro, por casualidad, por vez primera en un cine-club, que dirigía Basilio Martín Patino, y veo Alemania, año 0, de Roberto Rossellini y quedé conmocionado. Me cambio mis esquemas y el cine dejó de ser solo de entretenimiento”

-¿Cuál es la labor de un crítico de cine?
“La actividad del crítico de cine consiste en analizar una película. Ese análisis cambiará en función del medio para el que escribas. Los que defienden el academicismo consideran que la crítica periodística no tiene nivel, pero eso no quiere decir que los periodistas no tengan rigor, lo que pasa es que el punto lo tiene en otro lado. Ángel Fernández Santos con una sola palabra sabía captar la esencia de un filme”.

“El periodismo está en crisis. Desde el 15-M el periodismo está en el punto de mira de la sociedad”

-¿A qué achaca que los críticos de cine sean, en general, denostados por la sociedad?
“No creo que sean denostados porque eso significaría que les importa. La prueba estriba en que cuanto más se crítica una película, más taquilla hace. Eso sí, la palabra crítica está mal vista. El periodismo está en crisis. Desde el 15-M el periodismo está en el punto de mira de la sociedad”.

-¿Por qué cree que el público español, en gran medida, tenga prejuicios sobre el cine español?
“La cultura siempre ha estado bajo sospecha. Cuando surgen las dictaduras los primeros en caer son los poetas, los pintores o los músicos. No es casualidad que Jafar Panahi haya sufrido recientemente la represión del gobierno iraní. La derecha española siempre ha fustigado al cine español y se han dicho mentiras como que siempre se ruedan películas sobre la guerra civil. Al cine español siempre se le ha intentado poner una mordaza. Esto ha calado en la sociedad española. Viridiana, de Luis Buñuel, la única Palma de Oro en Cannes del cine español, fue una película expulsada por la dictadura y no se pudo ver hasta 1977. Tampoco entiendo el odio visceral hacia el cine de Pedro Almodóvar”.

-Recientemente ha estado en Francia o México. ¿Cuáles son los festivales de cine de referencia a escala internacional?
“Los festivales de cine son verdaderos espacios de libertad. Los festivales están al otro lado del mercado por eso proponen un cine más relacionado con la cultura. Al margen de Cannes, Berlín, Venecia, San Sebastián o Sundance existen festivales destacados como el FAJR Film Festival que se celebra en Teherán (Irán). El cine en países como México desempeña un papel crucial”.

-¿Cuáles son a su juicio las cinematografías más pujantes del panorama actual?
“Europa lo fue en su momento con la nouvelle vague. Ahora está muy interesado en la decadencia de la sociedad como lo refleja el cine de Lars von Trier. Asia ya no lo es. El gran cine que se está agitando en estos momentos es el cine africano, pero no le dejan entrar en los canales de distribución. Aunque hay festivales de cine como MiradasDoc que lo está programando, un modelo de honestidad cultural. África y América Latina son los dos nuevos polos del cine actual que están brotando por la necesidad que tienen de contar sus propias historias”.

-¿Por qué a los occidentales nos cuesta apreciar el cine asiático?
“Es un problema cultural. El público no está acostumbrado a ver cine diferente, pero siempre hay una película que prende la chispa”.

-¿Por qué cree que algunos abogan por las trincheras cinéfilas?
“La gente siempre va buscando militancias. No hay que imponer dogmas. Al cine venga de donde venga y sea como sea hay que darle una oportunidad”.

“El gran cine que se está agitando en estos momentos es el cine africano, pero no le dejan entrar en los canales de distribución”

-¿La democratización de la tecnología ha sido beneficioso o perjudicial para el cine?
“Muy beneficioso. El Festivalito de La Palma es un claro ejemplo, hay directores que han rodado con un móvil su cortometraje. Antes proyectar cine al aire libre era una odisea, ahora toda España ve cine de verano”.

-¿Le gustaría algún día rodar una película o documental como ha hecho, por ejemplo, Diego Galán (Con la pata quebrada)?
“Diego Galán es un sabio de la ironía. Con la pata quebrada me parece una de las grandes joyas del cine español, que sigue la estela de Los espigadores y la espigadora de Agnès Varda. En mi caso, he rodado dos cortometrajes, La noche que supe de Peter Pan (2005) y Alba (2010), los dos rodados en el Festivalito. Tengo dos guiones, uno de ficción y otro documental, que probablemente no rodaré nunca por el poco tiempo del que dispongo. El guion de cine es muy similar al guion radiofónico”.

-¿Qué valor le concede al Festivalito de La Palma?
“El Festivalito nació con la vocación de hacer cine además de verlo, contagiando a toda la población palmera”.

-Antes de El cine que me importa escribe dos conversaciones con Norma Aleandro y Leonardo Sbaraglia. ¿Cuál fue su motivación para publicarlos?
“El libro de Norma Aleandro fue un encargo de la editorial 8 y medio, fue un libro visto y no visto ya que surgió de dos encuentros con ella en Buenos Aires. Con Sbaraglia fue diferente porque se desdijo de lo que había dicho en primera instancia para no molestar a su mujer Lupe. Ese libro, encargado por el Festival de Huelva, se iba a titular El hombre que quiso ser Robert de Niro. Nunca lo he reivindicado como un libro de autor sino que es el libro de Leonardo Sbaraglia”.

-En lo que va de 2015, qué títulos le han sorprendido más.
“Las películas españolas que más me han interesado últimamente son Sueñan los androides, de Ion de Sosa y Aquí y en otro tiempo, de Ramón Lluís Bandes. De Argentina me ha sorprendido Atlántida, de Inés María Barrionuevo. En el último Festival de Cannes para mí la película más original fue El hijo de Saúl, del húngaro László Jeles Nemes; y el filme latino más interesante fue El abrazo de la serpiente, del colombiano Ciro Guerra”.

-Como impulsor de la Muestra de Cine Europeo de Lanzarote, ¿qué nos puede adelantar de la quinta edición que se celebrará a finales de año?
“Le he comunicado a Marco Arrocha que no iba a seguir al frente del festival porque creo que el diálogo para involucrar a las instituciones locales debe ser llevado a cabo por los residentes en la isla. Aunque seguiré ejerciendo de asesor y proseguirá el mismo equipo. Esta edición, que se celebrará del 26 de noviembre al 4 de diciembre, existe la posibilidad de que Wim Wenders acuda a Lanzarote”.