El tinerfeño Jonathan García ha comenzado a rodar la película de su azarosa vida de la mano de la productora británico-española Prod.cat. En La Cascada del Parque Marítimo de Santa Cruz, acompañado de centenares de figurantes, el joven de 27 años, convertido en referente de superación tras pasar dos años en prisión por una agresión a un hermano, grabó ayer el teaser del proyecto. “Será como la película de Superman, la historia de un superhéroe”, dice feliz. “Más que interpretar, se trata de recordar todo lo que me ha sucedido en los últimos 10 años. Con actores, lugares y momentos reales”, explica el protagonista, que paralelamente a su estreno como actor está llevando a cabo una campaña de crowdfunding para intentar financiar la producción, cifrada en unos 500.000 euros. La película tendrá el mismo título que el libro autobiográfico que publicó haces unos meses, La libertad es poder elegir, y del que ya ha vendido 2.000 ejemplares.
Para su adaptación al cine, Jonathan García se ha apoyado en la guionista Jeniffer Castañeda García. Ahora es el joven director David Sáez el encargado de llevarla a la gran pantalla: “Cuando leí la historia se me cayeron las lágrimas”, cuenta el realizador. “Es conmovedora y estoy seguro de que de aquí saldrá una gran película”. “Tiene mucho valor, además, que el propio Jonathan haya querido asumir el papel de su personaje”.
El joven tinerfeño, que aprovechó su paso por la cárcel para estudiar y prepararse como nadador de largas distancias, ya tiene fecha para su último gran reto de la especialidad: el 25 de septiembre intentará cubrir a nado los más de 100 kilómetros que separan Tenerife y Gran Canaria. El desafío formará parte de la película, a modo de colofón. “También para nosotros será todo un reto”, dice Sáez. “No sabemos lo que va a pasar en el trayecto y no habrá opción de repetir ninguna secuencia. Esta historia va a sorprender, estoy convencido”. Jonathan García también estuvo arropado ayer por la diputada Cristina Tavío y el alcalde lagunero, José Alberto Díaz. El apoyo del Ayuntamiento de Santa Cruz, en cambio, sigue resistiéndose.