CULTURA

El Leal se convierte en centenario

Una tarta en el patio de butacas del Leal: imagen institucional del centenario del teatro Leal
Una tarta en el patio de butacas del Leal: imagen institucional del centenario del teatro Leal

*Fotos: Teatro Leal, Diario de Avisos y archivo personal de Julio Torres

Personal municipal se afana estos días en sacar brillo a la fachada y las dependencias del Teatro Leal. El día 11 de septiembre se cumplen cien años del primer acto celebrado en este insigne espacio de La Laguna y la intención es que el edificio presente el mejor aspecto para la conmemoración. Aquel primer espectáculo fue la Fiesta de las Hespérides, organizada por el Ateneo y con los acordes de los Cantos Canarios de Teobaldo Power sonando de fondo.

La fecha del centenario, el viernes de la próxima semana, volverá a contar con un acontecimiento protagonizado por el Ateneo. En este caso, la Fiesta del Arte. Estará presente la última Premio Canarias de Literatura, la orotavense Cecilia Domínguez, que ofrecerá la conferencia La ciudad contemplada, y habrá un concierto del pianista chileno Javier Lanis. Son fechas, pues, para desempolvar la historia del teatro, viajar en el tiempo y recordar a los personajes que la hicieron posible.

El primero de esos nombres propios es, sin duda, Antonio Leal. Suya fue la inversión con la que se construyó el edificio, dotando así a La Laguna de un recinto cultural de postín que la administración municipal, con sus medios, solo podía soñar entonces. En el propósito, Leal invirtió parte de la fortuna que había heredado de su padre, un rico hacendado cubano de origen palmero. Y se rodeó de los mejores para levantar el inmueble, el arquitecto Antonio Pintor y Ocete, y los artistas Manuel López Ruiz, Manuel Verdugo y Benjamín Sosa y Lugo, que se ocuparon de la decoración.

Acto oficial de reinauguración del Teatro Leal, el 14 de octubre de 2008: Don Felipe y Doña Letizia, hoy Reyes de España, descubren la placa conmemorativa
Acto oficial de reinauguración del Teatro Leal, el 14 de octubre de 2008: Don Felipe y Doña Letizia, hoy Reyes de España, descubren la placa conmemorativa

Las obras comenzaron en 1912 y se prolongaron tres largos años. En realidad, la Fiesta de las Hespérides con que se inauguró fue un hecho puntual. Celebrada esta, el teatro volvió a cerrar sus puertas para seguir con los trabajos que aún quedaban pendientes en la edificación. No fue hasta unos meses después cuando arrancó de verdad la programación. Antonio Leal nunca mostró especial interés por asumir la gestión del espacio. Había fijado su residencia en Sevilla y la pasión por la tauromaquia le ocupaba la mayoría del tiempo, viajando por toda la Península.

Juan de la Cruz Martín, uno de sus hermanastros, se puso al frente de la dirección del teatro. Aunque más decisivo que este fue José González Rivero, un personaje singular, nacido en Santiago de Cuba, que, desde la gerencia del teatro, capitaneó la programación del espacio durante sus primeros y brillantes años. Rivero empezó trayendo teatro y ópera y también cine, y poco a poco fue ampliando la agenda hasta abarcarlo literalmente todo; hasta banquetes, fiestas, combates de boxeo, luchas grecorromana y canaria.

El historiador Julio Torres, autor del libro que recorre la historia del Teatro Leal, editado 2008, lo recuerda así: “La elección de Rivero como gerente del Leal fue un total acierto. Venía de dirigir el Teatro Viana, donde había sobresalido como empresario de espectáculos. Gracias a él, fundamentalmente, el Leal alcanzó muy pronto sus más altas cotas de popularidad”. “Fue, además, el más importante de los pioneros de la industria cinematográfica canaria e hizo del Leal una de las salas de proyección más importantes de todo el Archipiélago”.

Antonio Leal Martín (izq,),  de origen cubano. Costeó la construcción del teatro y fue su primer propietario. Por este motivo da nombre al inmueble. José González Rivero (der), Gestionó el Leal durante su primera exitosa etapa. Luego jugó un papel igual de notable en la producción y filmación cinematográfica.
Antonio Leal Martín (izq,), de origen cubano. Costeó la construcción del teatro y fue su primer propietario. Por este motivo da nombre al inmueble. José González Rivero (der), Gestionó el Leal durante su primera exitosa etapa. Luego jugó un papel igual de notable en la producción y filmación cinematográfica.

Rivero, efectivamente, dejó huella como productor y cineasta: “El 6 de septiembre de 1926, como preámbulo memorable de las Fiestas del Cristo, estrenó su película Ladrón de los guantes blancos, la primera producción íntegramente hecha en Canarias”. Lástima su final, tan cruel como oscuro: “Sabemos que en febrero de 1928 ya había abandonado el Teatro Leal. Rivero falleció la noche del 5 de marzo de 1933, de un disparo que salió de la pistola de Isidoro Salazar y Suárez”.

“Fue un trágico suceso sobre el que aún persisten muchas dudas, la mayoría basadas en las contrapuestas afiliaciones políticas de sus protagonistas: Rivero fue concejal socialista e Isidro Salazar, falangista”. “El horrible hecho”, continúa Torres, “tuvo lugar en la barra del restaurante del Hotel Aguere, justo enfrente del teatro, que celebraba esa noche el baile del domingo de piñata del Carnaval”.

El Leal mantuvo durante los años siguientes su actividad protagonista, apoyándose sobre todo en el cine. Pero a partir de la década de los 30 las cosas empezaron a no ir tan bien. Y a finales de los 50, la decadencia ya era un hecho: “Sara Leal Leal había heredado el teatro de su padre, y su marido, Feliciano Torres, asumió su administración. Era un hombre totalmente desconocedor de estas labores y alejado del ámbito de los espectáculos”. “El Leal decae muchísimo en la Posguerra española y solo destacaba en el marco de las Fiestas del Cristo”. Este perfil bajo continuaría hasta perpetuarse, y facilitó que en 1982 lo adquiriera la administración municipal. Se sucedieron a partir de ahí las reparaciones parciales del inmueble, hasta que en el año 1990 “se cerró definitivamente al público por problemas en su cubierta”, recuerda Torres. Casi 20 años duró aquel apagón cultural en la ciudad.

En 2008 los laguneros recuperaron por fin su teatro. Un acto por todo lo alto, presidido por los Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia, hoy Reyes de España, oficializó la reinauguración. El primer concierto de esta nueva etapa, el 18 de septiembre, unió en el escenario a María Orán, la Sinfónica de Tenerife y el pianista Guillermo González. Llegar hasta aquí costó 9.2 millones de euros, el 48% aportado por el Ayuntamiento. Entre las novedades se habilitó una moderna sala en el ático, que también acoge programación. La expresión artística vuelve a latir con fuerza en el Leal.

Baile  de presentación del disfraz del Orfeón La Paz de La Laguna para los carnavales, en el año 1935
Baile de presentación del disfraz del Orfeón La Paz de La Laguna para los carnavales, en el año 1935