Los mercadillos de todo tipo se están haciendo un hueco en Santa Cruz, ya sea de antigüedades, de arte, ropa o bisutería, una forma de comercio que en la capital carece de regulación alguna y que entre los comerciantes tradicionales genera desconfianza. La proliferación de este tipo de comercio callejero es lo que ha llevado al área de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife a reconocer que es un tema que necesita ser abordado, y por ello avanza que ya se trabaja en una norma que permita ordenar y regularizar estos espacios en la ciudad. Aunque será una ordenanza sobre el uso del dominio público la que definirá el espacio destinado a este tipo de venta en la calle, desde el área que dirige el nacionalista Dámaso Arteaga se tendrá que abordar y ordenar los mercadillos. Según explicó el edil de Servicios Públicos, “habrá que sentarse con los comerciantes para definir una propuesta de espacio para este tipo de actividad y exigir que sean mercadillos con cierta especialización y que sus titulares estén dados de alta y sean legales”.
De esta forma, muchos de los mercadillos que cada fin de semana se desarrollan en la ciudad o que tienen una determinada periodicidad (semanal o mensual), ya sea de ropa, de antigüedades o de arte, se verán sometidos a una ordenación determinada. Arteaga aseguró que, en cualquier caso, desde Servicios Públicos, “trabajaremos de la mano de los comerciantes”, dado que “tiene que ser un atractivo para todos y no una competencia para los comerciantes”.
Sin embargo, el edil aclaró que desde su área no se van a acometer nuevas iniciativas en lo que a la apertura de nuevos mercados, como ocurrió en el mandato pasado con el de La Abejera, en el barrio de García Escámez. “El planteamiento para este mandato pasa por seguir luchando para que el mercado de La Abejera sea competitivo, es su principal reto, sacudirse la situación coyuntural. Por ahora los objetivos que tenemos en cuanto a mercados son esos y abordar la regulación de los mercadillos”.
La Recova
El principal mercado de abastos de Santa Cruz, el de Nuestra Señora de África, es, junto al Rastro, la otra gran área comercial que depende de Servicios Públicos. En este caso, Arteaga señaló que el trabajo con La Recova pasa por “mejorar la coordinación entre la directiva y el Ayuntamiento, ese es nuestro objetivo para este mandato”. El edil concretó que las acciones irán encaminadas a la mejora de la coordinación a la hora de la gestión. “La toma de decisiones en un entorno comercial como el de La Recova necesita de rapidez y agilidad, por eso tenemos que trabajar en mejorar ambos aspectos”. En cuanto al Rastro, el edil reconoce que su traslado se ha demorado más de la cuenta y confía que para el último trimestre pueda estrenar su nueva ubicación.