el diván

Si tomas algo, que sean decisiones

Para muchas personas, el tomar decisiones es causa de estrés e inseguridad, llegando a tener importantes interferencias en su vida social y laboral. Personas que le dan vueltas y más vueltas a las distintas posibilidades con miedo a cometer un error, a fracasar, a arrepentirse, sintiéndose inseguras e incapaz de decidirse. Ser capaz de tomar decisiones te permite actuar y acercarte a aquello que realmente quieres o alejarte de aquello que te causa dolor. Sin embargo, la falta de toma de decisiones te paraliza, por lo que el resultado es la ausencia de beneficios y aparece la frustración, insatisfacción y baja autoestima.

Pequeñas claves para tomar decisiones:
1. Coge papel y lápiz y define exactamente a dónde quieres ir. Que resultado quieres conseguir.

2. Analiza alternativas. Busca los pros y los contras de cada una de ellas

3. Escucha a tus emociones. Hemos aprendido a tomar decisiones de un modo racional, sin embargo, cuando queremos cambiar algo de nuestra vida, pareja, ciudad, trabajo, hobbies, debemos decidir teniendo también en cuenta, las emociones. Lo cierto es que primero sentimos y luego decidimos. Piensa como te sentirías al tomar cada alternativa. Al fin y al cabo, el ser humano lo que busca es ser feliz y la felicidad, es un conjunto de emociones. Es cierto que algunas decisiones son dolorosas pero, si las analizas, lo que se busca con cada una de ellas es el bienestar final. Es mejor sentir dolor un tiempo, que sufrir toda una vida. Ante la duda de dos opciones, coge una moneda y dale una opción a la cara y otra a la cruz. ¡Lánzala! Cuando caiga, guíate de lo que sientes. Si sientes alivio del resultado que salió, es que piensas que esa es la decisión más adecuada. Si por el contrario, sientes decepción, también encontrarás la respuesta, de lo que realmente quieres. Nunca olvides el papel de tus emociones.

4. Si tienes decisiones importantes que tomar, toma las que te hagan feliz y no las que te hagan estar cómodo. La rutina, lo cómodo, no siempre es lo más saludable. Así que fíjate antes de tomar una decisión, si realmente es lo que quieres hacer o, si por el contrario, estás evitando salir de tu zona confort.

5. Asume el riesgo. Olvida la idea de tomar la decisión perfecta. Lo cierto es que, con cada decisión que tomemos en nuestra vida, desecharemos otras posibilidades pero, es que de eso se trata la vida, de arriesgar y responsabilizarse de las consecuencias. Nunca sabremos las consecuencias exactas que tendrá cada una de nuestras decisiones y, que no tengamos la seguridad y certeza de estar tomando la decisión correcta, no debe frenarnos. Muchas veces el no tomarlas, tiene un peor resultado. Los pasos que no te atreves a dar, también dejan huella.

6. Sé flexible: No siempre, todo tiene porque ser blanco o negro. Busca entre la amplia gama de colores y elige la que creas que es la mejor opción. Solemos pensar que la vida que llevamos es la única posible, cuando lo cierto es que se trata de una de tantas alternativas que tenemos.

7. Nunca olvides que, tu vida es el resultado de las decisiones que tomes. Si quieres otro resultado, tendrás que tomar decisiones diferentes.

8. Muy importante es que no tomes decisiones cuando estás enojado, ni extremadamente contento.Busca el equilibrio. Nunca tomes una decisión permanente, por una emoción temporal. Recuerda, un deseo no cambia nada. Una decisión, lo cambia todo.

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