Siempre se ha dicho que hay pocas realidades que estén tan íntimamente unidas como estos dos conceptos: Tejina y sus Corazones. El pueblo y el fruto de su trabajo hecho arte. Esta es la manifestación más generosa de los tejineros, que han sido capaces de mantener una tradición que es la muestra más clara de su idiosincrasia. Sin duda. Estos días, que dicen ya adiós al mes de agosto, los tejineros y tejineras viven con alegría su fiesta que los hace únicos. Porque en cada corazón, en el que van sabiamente engarzados los frutos de la tierra, se muestra el laborioso y arduo trabajo, el mismo con el que se ha ido conformando Tejina en cada uno de sus barrios y adaptándose a los nuevos tiempos, sin perder su esencia de pueblo singular. El Pico, la Calle Arriba y la Calle Abajo, núcleos en los que se sustenta el pique, que se diluye una vez concluida la fiesta, vibran otro año para ofrecer a San Bartolomé lo mejor de su cosecha, y con ella, lo mejor de su vida. Y en momentos como estos, en los que la generosidad y la solidaridad son valores esenciales para sobrevivir y seguir creciendo, es gratificante comprobar cómo, alrededor de la Fiesta, se unen grandes y chicos, sin distinción, liderados por una Comisión de Fiestas que hace un esfuerzo especial para que todo salga a la perfección. Vaya mi enhorabuena también para ellos, porque sin su trabajo nada de esto sería posible. Porque si algo identifica y define a este municipio, es la profusión de tradiciones y la capacidad que han tenido los ciudadanos y ciudadanas, a través de los siglos, de mantener vivo ese legado único. Y es en esta fiesta de Exaltación a los Corazones donde este pueblo vuelca todo su amor por la celebración, por su afán de lucha y de superación que culmina en su punto más álgido cuando llegado el momento se levantan como ofrenda en la plaza, porque con ellos se levanta el pueblo entero. Sirva esto como metáfora del trabajo y esfuerzo de un pueblo unido, pues son el símbolo de las tres calles, un lugar hospitalario, un lugar solidario como son sus gentes que te acogen y te hacen sentir como en tu propia casa. Más allá de los tópicos, las fiestas en honor a San Bartolomé de Tejina superan a cualquier adjetivo que podamos ponerles. Y esto sucede porque son del pueblo, del pueblo nacieron y es el pueblo tejinero el que sigue trabajando, año tras año, para que la tradición se mantenga y se engrandezca. Sólo así ha sido posible que esta Exaltación de los Corazones, que refleja el espíritu más profundo del hombre del campo, se haya mantenido intacta a través de los años, desde el siglo XIX, y haya merecido la distinción de Bien de Interés Cultural. Hoy domingo, los Tres Corazones vuelven a levantarse y con ellos la esperanza de que Tejina y este municipio puedan seguir avanzando con ilusión, fuerza y coraje. Muchísimas felicidades al pueblo y felices fiestas.
*ALCALDE DE LA LAGUNA