EMPRESARIOS

Terencio Acosta: liderazgo insular

Terencio Acosta
Terencio Acosta

En la isla de El Hierro están convencidos que, de igual manera que la crisis se percibió más tarde, ahora saldrán también después que el resto. Es algo que uno percibe apenas se relacione en la isla del meridiano pero resulta llamativo que también lo crea uno de los responsables de la que, probablemente, es la empresa más grande de la isla por número de trabajadores (55). De hecho, Terencio Acosta afirma que en este año 2015 se ha notado un aumento considerable de llamadas de los servicios públicos para que atendiesen a familias con necesidades imperiosas, por más que han cesado esas llamadas transcurridas las elecciones.

-Al menos cobrarán puntualmente lo que venden por encargo de la Administración.

“Algo ha cambiado, ya no te piden que remitas la factura varias veces dilatando el abono muchos meses. Ahora pagan a 60 ó 90 días pero sin dar tanto la lata”.

-¿La gente dejó de tener necesidades de repente, tras las elecciones?

“No lo sé, nosotros observamos que la isla cuenta cada vez con menos gente. Antes había incluso población foránea que venían de algunos países europeos, también africanos y sudamericanos. Venían a trabajar en el campo o la construcción y se han ido marchando porque en construcción casi no hay nada y en el campo…Así que entre cierre de empresas y disminución de la población tenemos una situación complicada. La administración emplea más o menos a la mitad de los activos de la isla. Luego está lo que nos queda de agricultura en Frontera, con la piña tropical y gracias. Menos mal, si no fuese por eso nos tendríamos que beber el agua del mar”.

-La gente sigue comiendo pero ustedes lo que perciben es una reducción del ticket medio (consecuencia del paro) y una reducción del número de pobladores.

“Exacto. Nosotros empezamos a notar que las cosas iban peor en 2011 y no nos hemos recuperado desde entonces. El año pasado pensamos que se había estabilizado pero tampoco, seguimos dando cabezazos. Las empresas grandes de la construcción se fueron al traste y lo que trabajaban en ellas no se han podido recolocar”.

-¿Con qué cuentan en la empresa a día de hoy?

“Tenemos 6 tiendas en la isla, en las poblaciones más importantes como La Restinga, El PInar, San Andrés -tiene mucho paso de turistas-, El Monacal, Frontera y Valverde. También un mayor con distribuciones importantes como Coca Cola, Cervezas Dorada o Heineken. La empresa se dedicó más a la distribución hostelera en los bares y las ventitas pero cuando éstas fueron cerrando nosotros abrimos tiendas. la gente se iba jubilando y no había quien les sustituyese. Si no abres, siendo mayorista, ¿a quién le vendes?”.

-Y hace dos años abrieron en Tenerife.

“Una oportunidad que surgió para abrir en La Esperanza y nos embarcamos. Es complicado; empezó bien pero en agosto del año pasado pegó un bajón. En julio ha remontado después de tantos meses pero no sabría explicar las razones para una cosa y la otra. Aquello es la selva, muchas tiendas que se abren para la misma población”.

-Allí tienen que competir y están los grandes operadores. Aquí prácticamente no tienen que hacerlo.

“No crea, se abre competencia y ahora mismo hay otras empresas. A nosotros nos gusta, nos obliga a no bajar la guardia nunca”.

-Aquí está la segunda cesta de la compra más cara de Canarias, detrás de La Gomera. Usted cree que es más debido a los costes de transporte que a la ausencia de competencia…

“Claro. No entiendo lo que pasa en La Gomera porque ellos tienen un transporte frecuente y más barato que nosotros. Pero creo que a Supermercados Terencio no se nos debe comparar con los Alcampo o Mercadona, siquiera con los centros abiertos en las capitales. Normalmente ellos tienen una capacidad para negociar volúmenes y precios que a nosotros nos resulta imposible. Otra cosa es que nos midamos con un supermercado de, por ejemplo, Arico y entonces quizás se vea que somos más baratos”.

-Pero tienen fuertemente primado el transporte de mercancías.

“Ese es un error que se comete con frecuencia. Se subvenciona los productos frescos y perecederos más lo que se produce en Canarias. Lo demás, no. Encima te obligan a poner un cartel en sitio visible en el que se dice ‘Esta empresa se ha acogido a las subvenciones del Gobierno de Canarias al transporte interinsular de mercancías’. Las cantidades que percibimos por eso no las nota el consumidor; el año pasado y después de casi diez años sin solicitarlas -en su día nos aprobaron una de 18.000 euros y no nos la pagaron, lo que nos molestó mucho- nos dieron doce mil. Pagamos más de esa cantidad al mes y la idea de la gente -a la que contribuye el cartelito de marras- es que nosotros tenemos el 100% y aun así tenemos la segunda cesta de la compra más cara. Paulino Rivero dijo en su día que habría transporte cero pero no es eso lo que ha pasado”

-En la crisis, ¿se han visto obligados a ajustarse?

“Como todo el mundo. Vendimos algunas propiedades que teníamos y hemos cambiado nuestra logística. Antes contábamos con camión propio que iba hasta tres veces a la semana a Tenerife. Ahora ya no, lo vendimos y subcontratamos el transporte. También tenemos una nave en el Polígono El Mayorazgo, en Tenerife, que hemos arrendado. Ahí hemos observado que ha aumentado la demanda de espacio, lo que sin duda puede ser una buena señal. Es algo que no vemos en El Hierro, por eso decimos que entramos más tarde y también saldremos después de esta crisis”.

-¿Hicieron también obra? ¿Se metieron en el sector inmobiliario?

“No, apenas en la parte superior de las tiendas que abríamos hicimos unas pocas viviendas. Algunas las vendimos y otras nos las quedamos. Es cierto que tenemos parada la obra en San Andrés, levantada pero sin avanzar. Y ocurrió que nos metimos en tres proyectos casi simultáneamente, en el Pinar y la Restinga por miedo a cambios en los planes urbanísticos. Y sin tiempo para respirar, en Frontera. Nos vimos un poco apurados pero lo sacamos adelante”.

-Una empresa familiar como esta, con la segunda generación ya en el puesto de mando, ¿creen que se generan las condiciones necesarias para el siguiente salto familiar? La isla parece ir perdiendo atractivo para los más jóvenes, más si están formados…

“Esta isla tiene un gran atractivo y un enorme potencial pero habrá que saberlo explotar. Y ese es un trabajo del que debemos participar todos, administración y empresarios, los pocos que quedamos”.