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Turismo Integral Canario (I)

En agosto me gusta desconectar de mis actividades habituales. Relax, lecturas, charlas, paseos, meditación… cubrirán gran parte de este mes sabático, incluso para un jubilado cómo el que suscribe. Y para no perder el contacto con mis lectores, aquí, en DIARIO DE AVISOS, me he inventado una especie de ensayo- teórico-sectorial, al que podemos llamar Turismo Integral Canario, y que he pensado publicarlos, con la venia de la dirección, durante los cuatro martes del mes de agosto. A ver si me entienden: una forma elegante de quedar bien.

Llevo tiempo intentando descubrir/indagar dónde están las barreras que atajan las reformas y fortalezas en el sector del turismo canario, en franca decadencia, a pesar de los datos que nos ofrecen las instituciones públicas, empresas y medios de comunicación social.

No es cierto, hay que negar rotundamente, que los agentes del turismo canario se hayan tomado en serio el sector, al que llaman “motor de la economía canaria”, pero que en realidad no es más que una locomotora de vapor de 1950, y no lo digo por la crisis y sus consecuencias económicas-sociales, sino por la cantidad de fallas en infraestructuras exógenas (conexiones viarias, avenidas, aceras, espacios naturales, jardines, playas, montes, etc.), o endógenas (hoteles, apartamentos, casas rurales o vacacionales, servicios, mantenimiento, excelencia, ornamentación, etc.).

Algunos de los defectos/carencias de los que adolece el sector están al descubierto. Podemos enumerar los más relevantes. Perfil del inversor/empresario: objetivos, lealtad, compromisos y modernidad (innovación, tecnologías y marketing). Desde el ámbito institucional: infraestructuras públicas, regulación, tasas, planificación, promoción y coordinación. Marco Relaciones Laborales: formación profesional y lingüística, contratación y convenios colectivos. En próximos artículos iremos desarrollando el presente ensayo-teórico-sectorial del Turismo Integral Canario.