tribuna

Adelantarse a la delincuencia – Sergio García de la Cruz

Decía Stalin que una única muerte es una tragedia, un millón de muertes es una estadística. Son números fríos que nos dicen mucho, la falta de datos genera improvisación. La información es poder, no la desperdiciemos, juguemos con ventaja, dejar las cosas al azar es un riesgo. Cuando planificamos estamos realizando una previsión de lo que puede ocurrir, no obstante, es necesario saber qué es lo importante.

Los delitos deben agruparse de una manera significativa y sistemática facilitando su registro, cuantificación y posterior análisis, es importante la capacidad de compilar, producir, difundir y analizar datos sobre delitos y justicia de manera precisa.

La ONU sabe mucho de esto e insta a que se realice una recopilación y organización estadística para generar una información valiosa de uso en la toma de decisiones y así orientar las políticas y los programas públicos en materia de prevención del delito, combatir la delincuencia o del Estado de derecho y reforma de la justicia penal. Las estadísticas sobre delitos y el sistema de justicia penal son fundamentales para medir los cambios en los niveles delictivos, el seguimiento a la respuesta del Estado a la delincuencia, la evaluación de las políticas públicas y la comprensión de las diversas facetas de la delincuencia en diferentes contextos.
Se impone el registro, conteo y comparabilidad de los delitos entre las diferentes instituciones del sistema de justicia penal (policía, fiscalía, tribunales, prisiones) y entre diferentes fuentes de datos (expedientes administrativos y estudios estadísticos), una clasificación de los datos sobre los delitos y la justicia penal contribuye a mejorar la comprensión del fenómeno delictivo a nivel nacional, regional e internacional y, por ende, a mejorar las políticas públicas.
Se debe capturar y describir la naturaleza de los actos o comportamientos. Por ello, es esencial explorar una serie de características adicionales para la plena identificación y análisis de los patrones y las tendencias de los delitos. Muchos de los sistemas de registro de delitos solo captan un número limitado de datos adicionales al número de ellos. Normalmente, la existencia de datos adicionales suele estar determinada por factores como necesidades específicas a raíz de las políticas públicas vigentes.

Lo eficaz está en los detalles, se necesita un gran número de características del evento o comportamiento, o bien de características asociadas a la víctima y al agresor, por lo cual resultaría eficaz establecer un conjunto armonizado de características adicionales de desagregación que permitan estudiar los delitos, a los agresores y a las víctimas con fines analíticos y comparativos. Hay que utilizar las mismas características adicionales sobre la relación víctima-agresor ya que sería de gran ayuda para el análisis de los patrones y tendencias de los delitos violentos y los factores que los propician y los atenúan, lo que nos permite un análisis completo de su contexto. Estas características adicionales pasarían por describir los hechos o comportamientos: grado de terminación, el tipo de arma utilizada, el contexto situacional, la ubicación geográfica, la fecha y la hora, el tipo de ubicación, motivo, si está asociado a la ciberdelincuencia, noticia del incidente; descripción de la víctima: sexo, edad, nacionalidad, condición jurídica, sector económico (de las empresas víctimas), el estado de intoxicación y descripción del agresor: sexo, edad, relación víctima-agresor, ciudadanía, estado legal, estado de intoxicación y reincidencia.

Aunque de nada nos valdría tener todo esta información y no saber qué hacer con ella, o peor aún; no poder usarla eficazmente por problemas diversos, entre ellos los de tipo políticos