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Anselmo Pestana

Ya existe un plazo temporal razonable -tal vez, la frontera con el próximo año- para que el Real Santuario cuente con el Museo del tesoro artístico y devocional del primer templo palmero. A la apertura, en las pasadas Fiestas Lustrales de los Cuartos de Exvotos – una feliz iniciativa inédita en Canarias, que reúne pinturas y piezas metálicas y de cera de ingenua factura – y del Cuarto de los Esclavos – una ajustada recuperación de la estancia del siglo XVII, costeada por el presbítero Pinto de Guisla, fundador de la centenaria cofradía – seguirán las otras dependencias destinadas a acoger en vitrinas y módulos expositivos la notable colección de pintura, escultura, orfebrería y textiles reunida en la fábrica parroquial y procedente también de generosas donaciones. Actualmente el inteligente y activo equipo compuesto por Jesús Pérez Morera, Alejandro Martín, Isabel Santos e Isabel Concepción, trabaja en el Camarín de la Virgen, que será dotado con las piezas y prendas vinculadas al culto mariano y, después, se completará la actuación en las hermosas salas, que ocupan hoy las viejas lonjas de despejo, realizadas con meritoria fidelidad dentro de las pautas barrocas. Tras completar la obra civil y hasta la fecha, todas las inversiones salieron de los fondos parroquiales; ahora y en lo que es un modesto pero

simbólico impulso institucional, Anselmo Pestana anunció el convenio suscrito con el rector, Antonio Hernández, por el que el Cabildo Insular aportará cincuenta mil euros, distribuidos en dos anualidades – 2015 y 2016 – que serán destinados al capítulo de inversión y gastos corrientes de la necesaria y deseada instalación museística qua ya entró en una fase decisiva. El presidente de la corporación insular subrayó la importancia de mostrar, en las mejores condiciones de presentación y seguridad posibles, los bienes históricos, artísticos y piadosos atesorados durante medio milenio en el Real Sitio que, por la hermosa geografía donde está enclavado y sus valores monumentales y muebles, figura entre los principales atractivos para el turismo de calidad por el que La Palma apuesta. Justo es nombrar en la hora en la que los logros son perceptibles a una larga serie de palmeros de todas las sensibilidades que han apoyado con su inteligencia y entusiasmo un proyecto que cabalgó entre dos siglos y que resume el fervor y el arraigo contemporáneo con la más alta seña de integración de nuestra tierra. Anuncio los nombres propios para una próxima esquina.