yo, tú, ella

Arantza Coello: “Sin juego no hay teatro”

Aranza Coello. | DA
Aranza Coello. | DA

Por Benjamín Reyes

Aranza Coello (Santa Cruz de Tenerife, 1975) lleva doce años al frente de Burka Teatro, junto a Nacho Almenar, con quien dirige el auto de La Librea de Valle de Guerra, que este año cumple 400 años, y que se celebrará el próximo 10 de octubre. La cabeza le hizo estudiar Biología -carrera que llegó a ejercer,- pero el corazón le impulsó hacia el mundo del teatro. El tiempo le ha dado la razón. Ahora tiene pendiente de estreno tres montajes escénicos. El primero de ellos, Paso a dos, se escenificará en el Teatro Lara de Madrid el 21 de septiembre. Luego representará ‘La batalla’, que previo paso el 22 de octubre por el Teatro del Círculo de Bellas Artes de la capital de España, llegará el 25 de octubre al Teatro Guimerá. La batalla está escrita y dirigida por la propia Aranza Coello. Finalmente, en noviembre los madrileños la podrán ver en (Des)De los escombros’.

-Junto a Nacho Almenar se encarga de la dirección de La Librea de Valle de Guerra, ¿qué valor le concede?
“Empecé a trabajar en La Librea en el 2003. No conocía su existencia y fue un shock descubrir la dinámica que existe en Valle de Guerra en torno a La Librea. Su gran valor es la dinamización del pueblo. Cómo la gente se implica y cómo se transmite de generación en generación. Hay valleros que tienen que levantarse a las cinco de la mañana y vienen a ensayar hasta las once cada noche. El valor artístico casi pierde importancia frente a la potencia del valor social. Lo extraordinario es cómo se genera identidad a través de La Librea”.

-¿Habrá alguna novedad al ser este año el 400 aniversario?
“La novedad más importante es el estreno del texto de Juan Cairos, que introduce tres personajes femeninos: Inés de Castilla, una especie de fantasma que explica el origen de la ermita de la Virgen del Rosario en Valle de Guerra, la princesa Éboli y María de Mendoza. En los últimos diez años ha aumentado el número de mujeres que participan en La Librea y ya era hora de que tuvieran más presencia en el texto. No debemos olvidar que se trata de teatro popular, y por tanto, una manifestación en continua evolución”.

-¿Cómo se podría mejorar la representación del auto de La Librea?
“Cada año hacemos una dirección diferente. En los últimos años hemos introducido mapping (proyección de imágenes en las fachadas colindantes). Por ejemplo, se podría mejorar llevando a cabo talleres de formación en verso para los actores. El verso es arduo. A nivel escénico, el templete de la plaza nos condiciona mucho. Lo ideal sería poder disponer de un escenario más versátil que nos permitiera darle un mayor giro a la dirección”.

-¿Cree que el público de Valle de Guerra prefiere la tradición a las innovaciones?
“Creo que quiere una mezcla. Quiere que la tradición se mantenga, pero demanda algo nuevo cada año para no aburrirse. Por eso pretendemos introducir pequeñas novedades que no rompan con la tradición. La Librea se ha ido modificando a lo largo del tiempo según las necesidades del pueblo”.

-Con 19 años decide irse a Londres. ¿Cómo transcurrió esa experiencia?
“Fue una experiencia impresionante. Fui a trabajar con Philippe Gaullier, un clown fantástico, un maestro y un personaje en sí mismo. Lo fundamental que aprendí de él es que sin juego no hay teatro. Ese es el quid de la cuestión. Si disfrutas haciendo lo que haces, el público también lo disfruta. No estás solo sobre el escenario, estás compartiendo ese presente escénico”.

-¿Entre la etapa londinense y el surgimiento de Burka Teatro qué actividades ocupan su tiempo?
“Cuando regresé a Canarias me integré en el grupo universitario Teatro Negra, con Óscar Bacallado. Al mismo tiempo, me introduje en el mundo de la narración oral. Verano de Cuento, en El Sauzal, me alojó durante unos buenos años. Lo cual agradeceré siempre a Juan Reyes”.

-¿Por qué decide en 2003 ponerse al frente de Burka Teatro?
“Conocí a Nacho Almenar dos años antes. Cuando trabajaba de bióloga escribí un texto que él dirigió y conectamos en cómo afrontamos el hecho escénico. Así que decidimos abandonar lo que estábamos haciendo y apostar completamente por el teatro. Nuestro primer montaje como compañía fue Dos tristes tigres, de José Sanchís Sinisterra”.

-La aventura les llevó con Historias rusas a Argentina y Uruguay.
“Ha sido uno de los montajes que más hemos representado y que más sorpresas nos ha deparado, incluido el premio a mejor actriz en el Festival de Mar del Plata. El público argentino y uruguayo está acostumbrado a ver todo tipo de teatro. Lo tienen integrado en su forma de vivir. Sin embargo, en España no existe diferencia entre ocio y cultura. La cultura no es ocio”.

-Imparte clases de interpretación en La Escuela de Actores de Canarias. ¿Cualquiera puede ser actor?
“Si la persona logra entregarse al juego sí. Lo cual no es fácil. Es un camino de vida. Todos tenemos bloqueos de la infancia, pero hay puertas que solo puede abrir uno mismo”.

-¿Por qué Aranza Coello es actriz?
“Porque la actuación es el lugar donde mejor me expreso. Si tengo que aportar algo al mundo será a través del teatro”.

-¿Qué diferencia estriba entre trabajar con actores profesionales y no profesionales?
“La profesión se demuestra afrontando el trabajo. Hay actores amateur que no tienen trayectoria, pero afrontan el trabajo de una manera profesional, y a veces, hay actores profesionales que no se lo toman así. La profesionalidad es rigor, entrega y pasión”.

-¿A qué personaje está deseando hincarle el diente?
“A cualquiera. No hay personajes pequeños, hay actores que no saben enfrentarlos. Lo interesante del teatro es indagar en el personaje para irlo conformando. Si tuviera que poner algún ejemplo diría Medea, Antígona o mi abuela, mujeres grandiosas de la tragedia”.

-¿Qué personajes le han reportado más satisfacciones?
“Todos los personajes te aportan algo. Citaría al personaje de la subsecretaria en Senderos de gloria, era un rol duro, una mujer desnaturalizada que ha renunciado a su emoción. Me ayudó a comprender cosas. Me interesan los personajes poliédricos como el de La gata sobre el tejado de zinc. Ella no es solo una belleza enamorada. Descubrir su riqueza de matices es un regalo. El propósito es que en cada función se produzcan pequeños descubrimientos. Además, claro está, me alegra que los premios Réplica me hayan reconocido estos trabajos”.

-¿Cuáles son los próximos proyectos en su horizonte teatral?
“Participo en tres montajes que están a punto de estrenarse. El primero de ellos es Paso a dos, que se escenificará en el Teatro Lara de Madrid el 21 de septiembre. La batalla, un texto del que soy autora y directora que, previo estreno en el Teatro del Círculo de Bellas Artes de Madrid el 22 de octubre, llegará el 25 de octubre al Teatro Guimerá. Luego girará por La Laguna, Tacoronte, La Matanza, Guía de Isora, Lanzarote, La Gomera. La obra aborda el tema de la emigración, concretamente la historia de una mujer que nace en América y que viaja a Canarias en la posguerra. Es una obra de medio formato que surge de un máster que cursé con Juan Mayorga. Comparto escenario con dos estupendas actrices que residen en Madrid, Pilar Duque e Irene Maquieira. Además, tengo la suerte de contar con la colaboración de dos artistas canarios emigrados como son el coreógrafo Daniel Abreu, Premio Nacional de Danza 2014, y Yaiza Pinillos, que acaba de diseñar el vestuario del Ballet Nacional. Por último, en noviembre estrenaré (Des)De los escombros, en Madrid, con Cuartoymitad Teatro”.