El Ejecutivo que preside Fernando Clavijo, ha decidido retomar el acuerdo suscrito el pasado marzo del 2014 entre el Gobierno canario, las Confederaciones Empresariales de Tenerife y Gran Canaria y los sindicatos UGT y CC.OO. de Canarias. El acuerdo consistía, y consiste en todo caso, en iniciar la VI Mesa de Concertación Social Canaria, con el objetivo de contribuir: “a la creación de empleo y al desarrollo económico y social del archipiélago, mediante actuaciones y medidas negociadas, concertadas y pactadas”.
Mi respeto a las organizaciones representadas en la VI Mesa de CSC, y a los que en su representación acuden a las negociaciones. Dicho esto, y en calidad de impulsor y protagonista de aquella primera CSC, allá por 1991, me gustaría dirigirme a UGT y CC.OO., señalándoles algunas consideraciones que, desde mi punto de vista, debería marcar la finalidad global del acuerdo.
Discurriría la negociación en cinco grandes bloques. I.- Empleo, paro, jóvenes y edades avanzadas (+45 años). II.- Ayudas básicas, Dependencia y Ley de PCI, compromiso y aplicación práctica. III.- Reformas de equilibrio social y fiscal del REF. IV.- Retocar derechos laborales (negociación colectiva y representación sindical). V.- Mesas sectoriales: Educación, Sanidad y Empleados Públicos.
Son referencias básicas y esenciales. Lo que sí tengo claro, es que el que venga a por la foto política y electoral, que se monte un circo. La experiencia, por los reiterados incumplimientos de concertaciones pasadas, aconseja eliminar la retórica de los acuerdos, y señalar los compromisos en tiempo y forma, sobre todo, aquellos que requieran acompañar la ficha técnica presupuestaria correspondiente.
Bastante desilusionada y cabreada está la gente, cómo para que encima le vendan una concertación social fantasma. Los sindicatos a quienes me he dirigido, harían bien en levantarse de la mesa sí las expectativas que la grave situación demandan no se cumplen. ¡Al loro!