el charco hondo

Ecuación

Los valores absolutos no son, salvo en el país de las magnitudes, los signos o las distancias, completamente absolutos. Tampoco en la gestión pública. Cuando simplificamos ecuaciones, cuando valoramos, debemos considerar distintas posibilidades. En política, como en el bar de abajo, nos movemos en el terreno de valores relativos (subjetivos, condicionados). Capacidad, conocimiento o efectividad son elementos que habitan en ese espacio, en sistemas métricos llenos de matices y escasos de rotundidades. También la edades, políticamente, un valor relativo. En San Agustín de los Almendros, Bristol o Fuencaliente lo relevante es la edad de las ideas, no la de las personas.

Como escribe Salvador Pániker en su Diario de Otoño, a veces solo en la madurez se puede ser joven. Hay de todo. Depende. ¿Hay una edad idónea para dirigir una multinacional, entrenar a la selección de baloncesto, gestionar una crisis o, llegado el caso,para presidir la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife? La respuesta no está en las edades, sino en las capacidades ¿Es Ricardo Melchior la persona adecuada? A Melchior, como a cualquier otro, cabe otorgarle el beneficio del tiempo que necesita para tomar decisiones, relanzar proyectos, desbloquear situaciones. No es poco lo que tiene sobre la mesa. Impulsar los flujos de comercio. Reforzar la captación de cruceros. Mejorar las infraestructuras. Integrarlas en la ciudad. Habilitar espacios. Avanzar en competitividad. Modernizar. Cuenta Melchior con dos bazas para las múltiples tareas que tiene por delante. De una parte, conocimiento, capacidad y ganas. De otra,años de trabajo, codo con codo, con el alcalde. La Isla, y desde luego Santa Cruz, necesitan un desarrollo inteligente de las instalaciones portuarias. Junto con el Cabildo, Bermúdez y Melchior deben ir de la mano para poner ese reloj en hora. Hay que dar tiempo al tiempo. También a Melchior. Más allá de magnitudes, signos o distancias, en política hay que atender al resultado, al balance.