el charco hondo

Enero

Es muy probable que en enero, poco antes, poco después, caigamos en que todo lo que ha ocurrido de mayo a esta parte en realidad no ha pasado. A la vuelta de las elecciones generales, semana arriba, semana abajo, caeremos en la cuenta de que estos meses no han sucedido. Somos Malcolm Crowe, el psicólogo de El sexto sentido. Un día desandaremos lo andado y caeremos en que pasaban cosas cuando realmente pasaban pero no como parecía. Será entonces cuando descubramos que esta legislatura, en Canarias, no había empezado. Aún no. Será en enero, Mariano o Pedro, Pedro o Mariano, cuando reparemos en que hemos pasado meses jugando con los espejos de una legislatura y un pacto que, cacofonías y psicofonías aparte, habita más allá que acá. En la política de las Islas nada de lo que está ocurriendo sin ocurrir es cierto. Nada lo será hasta que se sepa si Rajoy o Sánchez. Ni un minuto antes. Aunque lo parezca y confunda, no son reales las mesas del pacto. Tampoco las mociones, aunque sean de censura. No son reales las reuniones o las declaraciones de unos y otros.

Todos ganan tiempo -es decir, lo pierden-. Nada está pasando porque hasta enero nada pasará. Acampados en una realidad provisional, lo único verdaderamente cierto y tangible es la interinidad. En las Islas, y no solo, la política pisa un presente interino, y así será hasta que se sepa qué partido gobernará España los próximos años. Será en enero, nunca antes, cuando empiece la legislatura en Canarias. Entonces sí, punto final a algodones y paños calientes. Entonces sí, mociones, declaraciones, mesas, acuerdos, sillas, comparecencias y reuniones abandonarán la provisionalidad que todo empapa. En tanto, por si acaso, en fin, vete tú a saber, interesa atizar la brasa de los problemas de convivencia entre CC y PSOE, generando una espuma de desconfianza por si en meses hay que esto o lo otro -pedagogía preventiva, digamos-. Y así hasta que, en enero, caigamos en que nada de lo que está ocurriendo ha ocurrido.