Después del paréntesis

Los estúpidos y sus muros

Conservo los recuerdos de mis años en Argentina, y pese a la asimilación de costumbres e idiosincrasia de Canarias, ante ciertas situaciones, como la actual crisis de refugiados, esos recuerdos vuelven, como por el extinto humorista gráfico y compatriota Caloi, y su personaje Clemente, al cual en sus viñetas hacia reflexionar sobre actualidad nacional e internacional.

En 2000 Clemente reflexionaba: “Cayó el muro de Berlín, pero aparecieron otros en Gaza, Cisjordania, Gibraltar, Ceuta, Melilla, el Sahara Occidental, o entre Estados Unidos y México”. Y preguntaba: “¿Se habrán hecho comunistas los demócratas?”.

No Clemente. Visto lo visto antes y ahora, solo son estúpidamente ciegos y miserables. Aquí por el ‘florecer’ de concertinas a diestra y siniestra en lugar de buscar soluciones que acaben con tanto dolor, y en Latinoamérica porque muchos exhiben las muertes en playas europeas para ocultar sus propias crisis.

Como en Argentina, donde mientras su presidenta despotricaba contra Europa por ello, un niño de etnia toba -confinada al igual que todo pueblo originario americano en miserables reservas- moría, como decenas anuales, de inanición. O el presidente de Venezuela, quien cierra fronteras y emula La noche de los Cristales Rotos’ contra ciudadanos colombianos acusándoles de ser paramilitares; o el dominicano que le copia con ciudadanos de su vecina Haití, y un aspirante a presidir Estados Unidos, que promete construir un muro contra “delincuentes mexicanos y latinoamericanos“.

No son comunistas como se preguntaba Clemente. Ni más miserables y ciegos a sus realidades de lo que eran antes. Son lo que les definió en 1973 el tres veces presidente argentino Juan Perón: “Vi ignorantes volverse inteligentes con educación. Pero nunca a un estúpido volverse inteligente”. Aquí y allá, ¿Que mas se puede esperar de ellos que la manipulación estúpida del dolor, y la construcción de estúpidos muros?

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