En la semana que cerramos, el ministro canario oficializó el apoyo del Gobierno de España a la iniciativa que convertirá a La Palma en sede del Encuentro Mundial de las Estrellas y le servirá como promoción de un sector turístico que debe tener el cielo como principal estímulo. José Manuel Soria, titular de la cartera de Industria y Turismo, presentó el modelo de cupón que la Once emitirá en este septiembre, y el décimo de Lotería Nacional que se distribuirá en el próximo octubre; de cada una de ellos se emitirán cinco millones de ejemplares que garantizan un notable impacto publicitario en el marco estatal. Saludamos al fin una buena noticia sobre la rentabilidad del firmamento para una tierra pequeña y unos habitantes que, con carácter pionero y del mejor grado, dedicaron una parte emblemática y sensible de su superficie – la cima insular y el borde del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente – a un proyecto científico internacional y sacrificaron en alguna medida su confort con las limitaciones luminosas impuestas por razones técnicas y que, destinadas a todo el Archipiélago, sólo tienen cumplimiento pleno y satisfactorio dentro de sus límites. Mientras el deseado y reclamado Centro de Visitantes, después de tres décadas de anuncios baldíos y retrasos reiterados, al fin da los primeros pasos y salva los obstáculos iniciales en su gincana administrativa y, contra declaraciones públicas producidas durante su larga gestación, usará los recursos insulares para el grueso de la inversión. Planteadas al amparo de la declaración de la Primera Reserva Starlight del mundo por la Unesco, estas acciones abren un horizonte de posibilidades desaprovechadas desde la inauguración del complejo de observatorios del Roque de los Muchachos en 1965. Anfitriona de un programa de Excepcional Interés Público (Eip) apoyado por el Ministerio de Hacienda, que concederá importantes incentivos fiscales a las empresas colaboradoras, durante tres años -hasta finales de 2017- se sucederán conferencias, reuniones y congresos científicos, exposiciones e instalaciones artísticas, muestras y ferias tecnológicas, actuaciones y conciertos musicales, proyecciones cinematográficas y galas audiovisuales, actividades y exhibiciones gastronómicas y ofertas de relax y senderismo para los visitantes. Un golpe de brisa fresca para la depresión que, dentro del Archipiélago, tuvo y tiene una especial gravedad en un territorio con absoluta dependencia exterior por sus exportaciones agrícolas y su incipiente sector turístico.