El dardo

Los líos del PSOE

Los socialistas canarios andan de barullo en barullo, de follón en follón, divididos años ha. El partido no levanta cabeza desde los tiempos de Juan Carlos Alemán. Entre escisiones, abandonos, rupturas y enfrentamientos internos, el que fuera primer y férreo partido canario se ha convertido en la casa de los líos. Cada cual va por su lado y parece buscar más sus intereses que los de los afiliados. Algunos militantes, en abierto desafío a la dirección, se niegan a firmar los acuerdos municipales en los que participan; otros van por libre, conspiran contra el secretario general o ponen en jaque el pacto de Gobierno; otros más son retirados sin explicaciones convincentes de la Mesa del pacto; los aspirantes a participar en la carrera electoral para el Congreso y el Senado van a lo suyo y pasan de tan bochornoso espectáculo, mientras los viejos militantes se escandalizan y la inexperta vicepresidenta autonómica se muestra incapaz de controlar la situación, soporta las amenazas de su socio y contempla impotente cómo el presidente del Ejecutivo congela nombramientos en un par de consejerías por un quítame allá los enredos en Lanzarote, La Laguna y, ahora, El Hierro. Por si fuera poco, los nacionalistas, que han incumplido más acuerdos municipales que los socialistas, amenazan a éstos con un montón de males sobre el pacto regional. No dicen lo que harían en caso de ruptura, pero o gobiernan en minoría(con el respaldo externo del PP) o llevan a éste al Gobierno, que es lo que en el fondo les pedía el cuerpo hace algún tiempo. Total, que el PSOE canario, convertido en la casa de Tócame Roque y en lo que Webber llamaría un partido de patronazgo -solo trata de buscar una posición de poder para su jefe y de ocupación de cargos para sus incondicionales- está roto, disociado y a resultas de la voluntad de su socio si prospera la moción de censura de Frontera. Se halla en esa situación en la que, como dice el tópico, si tienes un problema y puedes solucionarlo, no te preocupes, soluciónalo. Y si no, tampoco te preocupes, olvídalo. Mas ¿cómo olvidar que este embrollo en el PSOE empezó con la elección de José Miguel Pérez y se agrandó luego con las de Manuel Fumero y Patricia Hernández? Sólo un congreso extraordinario podría despejar el panorama. Y no es seguro.