literatura

“Los pobres no están solamente en África”

Remei Sipi Mayo. | SERGIO MÉNDEZ
Remei Sipi Mayo. | SERGIO MÉNDEZ

La literatura africana ha comenzado a ocupar un espacio mayor en las estanterías de las librerías y bibliotecas. La lista de títulos es cada vez más larga y los autores más reconocidos a nivel mundial. Las editoriales ya tienen colecciones de libros africanos traducidos a multitud de idiomas y los lectores cada vez sienten más interés por conocer las historias escritas allí. Abrir un libro africano es una manera de abrir la mente y echar abajo tantos estereotipos. Ese es uno de los objetivos de la guineana Remei Sipi Mayo, escritora y editora que reside actualmente en Barcelona. Ella ha sido una de las invitadas a la tercera edición del Salón Internacional de Literatura Africana, que ha tenido lugar en el Tenerife Espacio de las Artes TEA este fin de semana. Así narra su historia a DIARIO DE AVISOS.

-La escritora nigeriana Chimamanda Adichie dijo en una charla TED que desde pequeña leía literatura británica y que eso había influido en sus personajes e historias. ¿La literatura española, por el hecho de ser de Guinea Ecuatorial -colonia de España hasta 1968-, también le ha influido a la hora de escribir?
“En mi caso, no me ha influido la literatura española. Chimamanda leía literatura británica desde que era pequeña, pero yo tendría 18 años cuando leí mi primer libro de literatura y empecé a escribir de mayor. Desde entonces comenzaron a inspirarme los temas relacionados con las mujeres africanas, la inmigración de mujeres negras, lo que estaba en mi entorno”.

-Así empezó con la literatura…
“Empecé con ensayos. El primero fue justamente sobre migración y género. En este trabajo, puse el acento sobre las mujeres africanas y, más aún, las de Guinea. Lo titulé Inmigración y género: el caso de Guinea. Luego empecé a escribir cuentos que mi abuela y mi tía me habían explicado. Me interesa mucho que los niños africanos nacidos en Europa tengan referentes de cuentos de aquel continente. Para este libro intenté recordar todos esos cuentos y los puse sobre papel. He escrito relatos sobre la identidad de los niños nacidos en Europa de matrimonios mixtos (padre negro, madre blanca o madre negra y padre blanco). Esos niños tienen problemas de identidad”.

-¿La tradición oral ha sido fuente de inspiración en su carrera?
“Lo ha sido y lo seguirá siendo. Cuando me desplazo a mi pueblo en Guinea busco a las abuelas, las escucho y memorizo sus historias. La tradición oral es una fuente de riqueza”.

-¿Cuándo decide dar el paso a la edición de libros?
“Fue hace 15 años gracias a unas jornadas sobre literatura de otras procedencias que tuvo lugar en Barcelona. En una charla, varios escritores nigerianos aseguraban que ellos mismos tuvieron que dar el paso a la edición porque no les tomaban en serio, todo lo que escribían no les parecía de calidad. En ese momento pensé que yo también podía empezar a editar. Pero el mundo de la edición de libros es el mundo de los valientes. Edito poquísimo: unos 18 o 20 libros en estos años”.

-¿Qué papel juegan las escritoras en el desarrollo de la literatura africana?
“Creo que hacemos un buen papel. Nuestro objetivo es sacar a la luz temas que nos interesan. Ahora mismo publicamos mucho sobre los diferentes tipos de feminismo que hay en África. Es un papel, yo diría, fundamental, dentro de un continente donde las mujeres tienen un peso importante: el 80% de la producción africana está en manos de las mujeres”.

-Como escritora africana, ¿siente la necesidad de posicionarse políticamente?
“Como persona estoy posicionada en la izquierda; al ser pobre, es el lado en el que me tengo que poner. Pero cuando escribo no pienso en política. Cuando escribo pongo sobre papel lo que yo creo que llamará la atención, que cambiará u orientará a los jóvenes africanos”.

-Su trabajo gira sobre la idea de la inmigración y la mujer. ¿Cómo es este tipo de inmigración?
“Cuando se habla de migración en general nos meten a todos en un mismo saco, da igual si eres hombre o mujer. Pero en el caso de las africanas sufrimos una triple discriminación: somos mujeres, somos negras y, la mayoría, somos pobres. Ahí es donde hay que poner el acento: nunca estamos en igualdad de condiciones. Yo pertenezco a una asociación de mujeres que tiene el objetivo de brindarles una formación. Buscamos que ellas salgan del gueto del servicio doméstico, del cuidado de los ancianos, que son los nichos de trabajo en los que estamos generalmente”.

-¿Cómo podría ayudar Canarias y España en este sentido?
“Yo creo que el norte tiene una deuda con el sur. No fuimos nosotros los primeros en venir, fue al revés: a raíz de la colonización hubo un contacto desigual, se empobreció aquel continente. Ahora tenemos que llegar a un consenso. Yo no creo que haya que devolver nada, como dicen muchos grandes economistas, es imposible hacerlo. Los diamantes del Congo, la explotación del coltán para los móviles, las guerras tantas veces sustentadas por los países del norte, el petróleo, la esclavitud que aún hoy se mantiene en algunos países, eso ya no se puede devolver. El norte tiene que tratarnos con dignidad, no somos aquellos pobres inconscientes. Cada vez que hablan de un africano, hablan de aquel pobrecito, del niño con los mocos, de la mujer con el pecho al aire. Todavía queda mucho por hacer, hay que crear una conciencia a los jóvenes para que vean el otro ‘allí’ y no se queden solo con lo que muestran los medios de comunicación. Los pobres no están solamente en África”.

-La literatura africana está de moda. ¿Eventos como el Salón Internacional de Literatura Africana (SILA) favorecen esta nueva tendencia?
“Y hay más ejemplos. En Barcelona tenemos ahora una librería de autores africanos, en Viena hay un grupo universitario que organiza un certamen anual sobre literatura africana, tenemos Mundo negro que es una revista sobre temas de aquel continente, también está el SILA. Sin duda, la gente empieza a interesarse por esto, empieza a viajar al continente, también Internet está haciendo un trabajo importante para dar visibilidad a lo que allí ocurre realmente, sin estereotipos”.