el diván

Maldito pensamiento obsesivo

Cuántos de nosotros hemos sido presos, en algún momento de nuestra vida, de un pensamiento obsesivo que nos impide concentrarnos en cualquier tarea hagamos lo que hagamos? Un pensamiento que nos genera ansiedad, tristeza o, cualquier tipo de malestar. Intentas no pensar pero basta que te lo propongas para que tu mente se ponga en marcha y te presente ese pensamiento con más fuerza y firmeza aumentando el malestar, consiguiendo así, entrar en una guerra contigo mismo presentando un desgaste emocional importante aparte de estrés y frustración por no saber controlar tu mente.

Lo primero que debes entender, es que tú no puedes controlar las ideas que genera tu mente. Esa es su función. Lo que si puedes controlar es el grado de prioridad e importancia que le das a cada una de ellas. La mente, siempre está generando todo tipo de ideas. Buenas, malas, racionales, irracionales, lógicas o sin sentido y, en contra de lo que todos hacemos, no debemos evitarlas. Simplemente colocarlas en su lugar. Imagina que tu mente es un almacén con diversas cajas donde vas guardando tus pensamientos según el grado de racionalidad. Por un lado la caja de pensamientos racionales, por otro las absurdas, las creativas…

1- Tú, no eres tu mente. Tu mente tiene su función (generar ideas) y tú otra (colocarlas en su lugar)

2- No puedes creerte todos tus pensamientos porque como dijimos antes, no todos son reales.

3- Cuando aparezca un pensamiento obsesivo detente y analízalo pero, no como algo que estás viviendo tú sino, observando que tipo de pensamiento está generando tu mente en ese instante. Como si se tratara de algo ajeno a ti. Directamente imagina tú almacén y coloca ese pensamiento en la caja de “pensamientos sin sentido”. De esta manera podrás poner distancia emocional ante ese pensamiento reduciendo el nivel del malestar.

4- Sustituye el pensamiento: Se trata de cambiar tu pensamiento obsesivo por otro racional. Por ejemplo: “y si la analítica sale mal”, “y si mi pareja me es infiel”. Son situaciones que no dependen de ti y que no puedes controlar por lo que, debes decir ¡basta! e inmediatamente, cambiar ese pensamiento por otro más saludable tipo: “Ya me preocuparé cuando me den los resultados en el caso que salga mal la analítica”, “por más que piense y me preocupe por una posible infidelidad no voy a poder evitarla si mi pareja quiere hacerlo”. No inviertas tu tiempo y, mucho menos lo malgastes en situaciones que no dependen de ti.

5- Ridiculiza el pensamiento: “Ya estoy otra vez haciéndole caso a los mensajes absurdos que quiere darme la mente”.

6- Los pensamientos obsesivos van acompañados de ansiedad y malestar y, la única manera para que desaparezcan estas emociones es soportándolas hasta el final, sin dejar que el pensamiento obsesivo te empuje a realizar la conducta compulsiva (espiar el móvil de tu pareja, comprobar por quinta vez si te ha salido un bulto en el pecho, preguntar la misma pregunta 100 veces). La conducta compulsiva la realizas porque “decides” no soportar el malestar que te produce el pensamiento obsesivo y es cierto que, en ese momento consigues eliminar este malestar pero, a la vez le estás dando más fuerza a la obsesión, por lo que seguirá apareciendo de manera más continuada. Soportar la ansiedad sin dar la respuesta de comprobación a la que te está incitando tu mente, es la única manera de poder llegar a hacer una vida normal a pesar de las ideas obsesivas que genera la mente.
Recuerda que el momento de soportar la ansiedad es desagradable pero no es peligroso. La ansiedad sigue un proceso. Aparece, va aumentando su intensidad pero llega a un tope a partir del cual, comienza a disminuir por si misma. Cuanto antes soportes este proceso, antes manejarás tus pensamientos obsesivos.
*PSICÓLOGA
Tamaraconsulta@gmail.com