el dardo

La mejor noticia

Es la mejor noticia que podía recibir el Gobierno autonómico: a partir del próximo ejercicio presupuestario, Canarias ya no tendrá que compensar al Estado por el Impuesto sobre el Tráfico de Empresas (ITE), tal y como viene haciendo desde 1993. Este tributo, desaparecido en el Archipiélago tras su inclusión en el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC), lo resta el Gobierno del Estado de los Presupuestos anuales que corresponden a Canarias en lo que los distintos ejecutivos regionales vienen considerando un abuso intolerable. Año tras año, los consejeros de Hacienda y los presidentes autonómicos han reivindicado esa figura del ITE como propia de las Islas, no del Estado, pero hasta hora todas las gestiones habían fracasado. El restablecimiento de un clima de confianza y colaboración entre los dos gobiernos, canario y estatal, tras la reciente entrevista entre sus respectivos presidentes, Clavijo y Rajoy, ha permitido una clarificación de varios asuntos que entorpecían las relaciones bilaterales, casos del desarrollo del REF y el mentado del ITE, lo que va a permitir que las Islas no deban restar a sus disponibilidades económicas para 1916 la friolera de 160 millones de euros correspondientes al actual ejercicio más otros 33 no abonados al Gobierno central en años anteriores. Está por determinar la cantidad exacta que percibirá Canarias -que los estudios del Ministerio de Hacienda sitúan en unos 123,3 millones de euros al año-, así como dar forma jurídica a esta nueva fuente de financiación. Ambos asuntos se han dejado pendientes para una reunión de la Comisión Mixta de Transferencias Canarias-Estado, prevista para finales de octubre. Llevado por un exceso de optimismo, Clavijo ha dicho que con esta medida las Islas se situarán en le media de financiación de las comunidades autónomas. Creo que no es así, ni mucho menos, y ahí está, para confirmar lo que digo, el enorme déficit de inversión pública estatal que soportan las islas desde hace años. Pero el gesto del Ministerio de Hacienda debe ser recibido como merece porque porque se trata de un acto de justicia largo tiempo esperado. Ahora sí se puede decir eso de “más vale tarde que nunca”. Es lo bueno que tienen la lealtad institucional y la colaboración bien entendida: que siempre dan frutos.