literatura

“Mi desasosiego proviene de la brutal falta de ternura que hay”

El escritor Juan Cruz | DA MD98 MADRID, 22/2/2010.- El periodista y escritor Juan Cruz habló hoy con Efe sobre su libro "Egos revueltos", la obra con la que el pasado otoño ganó el XXII Premio Comillas de historia, biografía y memorias y en la que recrea el lado más humano de muchos de los protagonistas de la vida literaria de las últimas décadas. EFE/Chema Moya
El escritor Juan Cruz | DA
MD98 MADRID, 22/2/2010.- El periodista y escritor Juan Cruz habló hoy con Efe sobre su libro “Egos revueltos”, la obra con la que el pasado otoño ganó el XXII Premio Comillas de historia, biografía y memorias y en la que recrea el lado más humano de muchos de los protagonistas de la vida literaria de las últimas décadas. EFE/Chema Moya

El periodista y escritor Juan Cruz le escribe una larga carta a su nieto Oliver en su nuevo libro, El niño descalzo, una obra emotiva y autobiográfica, como todas las suyas, en la que traza la crónica de la soledad que siente y le habla de las razones de su desasosiego. “Mi desasosiego proviene de la brutal falta de ternura que hay en la sociedad”, afirma Juan Cruz en una entrevista con Efe, con motivo de la publicación de este libro en el que evoca episodios cruciales de su vida y reflexiona sobre el sentimiento de pérdida, el desarraigo y el dolor, pero también sobre la alegría de vivir.

Editado por Alfaguara, el libro es en realidad “el diccionario del desasosiego de un ciudadano que no se acostumbra nunca al malentendido, a la incomprensión y a la mezquindad”, asegura este autor que escribe para tratar de apresar el tiempo, “un tesoro que se va deteriorando”, y para contarle a su nieto el mundo que su abuelo ha vivido, los peligros que vislumbra y cómo debe combatir el odio, la sinrazón. “Cuídate del odio sabiendo más, de los otros, de ti mismo”, le dice Juan Cruz (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1948), que habla, además, del periodismo, un oficio al que ha entregado su vida y que “ha sido sustituido por el comentario y el rumor”.

El periodismo “es un oficio mustio y muerto al que le han quitado el papel de las manos para someterlo a la dictadura de la gratuidad y del robo”, dice en el libro Juan Cruz, muy crítico con la influencia que las redes sociales están teniendo en la información. “Las redes sociales nos han hecho creer que el periodismo es cualquier cosa. Disparamos muy pronto palabras como puños contra personajes públicos o privados, contra empresas, sin pedir confirmación de nuestras sospechas, de nuestros datos”, comenta. Juan Cruz rememora en El niño descalzo su propia infancia, la de su hija Eva y recrea episodios que marcaron su vida entera, entre ellos cuando su madre, ya enferma, dejó de reír y de hablar. Y había sido de esas mujeres que siempre inundó la casa de vitalidad y alegría. “Mi madre dejó de hablar porque no quería comunicar la tristeza. El dolor es indecible”, señala el escritor al evocar la figura de esa mujer que no quiso asistir a la boda de Juan Cruz porque sabía que su hijo dejaba para siempre la casa en la que había crecido.

En El niño descalzo evoca también el episodio del hombre que amenazó con un cuchillo a su padre, cuando Juanillo tenía cinco o seis años. Aquel suceso lo recuerda “con nitidez”, y eso le previene “contra el odio”. Por eso Juan Cruz le cuenta a su nieto cómo pudo ser la muerte de García Lorca, “que es un símbolo mayor de las consecuencias del odio, del rencor”, e imagina la tristeza y el dolor de Antonio Machado en sus últimos días de vida, ya en el exilio.