el charco hondo

Nada

Han caído en el agujero negro de la ausencia; o en el limbo de la inexistencia, da igual, tanto da, porque una u otra no dejan de ser un montón de nada de nada. Creen algunos filósofos, y lo están aprendiendo los populares en La Laguna, que en según qué circunstancias la representación de un grupo municipal como inexistente incorpora la idea de exclusión; y, para colmo de males, sin importar demasiado la velocidad con la que se muevan porque espacio o tiempo les han sido negados. No son gobierno; y oposición, en fin, es duro aceptarlo, no les falta razón, pero tampoco. Básicamente, porque en La Laguna la oposición es gobierno. El desacuerdo acordado que gobierna de puntillas ese Ayuntamiento, firmado por un primo del sobrino del cuñado de un vecino de un militante socialista de San Sebastián de los Reyes, hace posible estos trucos de desdoblamiento. Gobierno en las horas pares, oposición en las impares. Ser sin serlo, y de esa forma ser todo lo que se puede ser y no ser. Así se explica la nada de nada de Alarcó y otras ánimas que, inexistentes del grupo municipal del PP, provocan un inquietante descenso de la temperatura cuando pasan camino de una rueda de prensa. Comparecencia en la que, confundiendo el Ayuntamiento con una reunión del G-8, solicitan un pleno monográfico para que Díaz o Abreu (con una larga trayectoria como jefes de Estado) analicen la situación de los refugiados. O, ya puestos, para pedir otra sesión igualmente monográfica en la que se valore la situación de Venezuela. Asuntos, ambos, que bien merecen respuestas; y un monográfico, sí, pero en el Congreso o en instancias internacionales. Sin dudar de la buena fe, no es el lugar. Como grupo municipal merecen que les dejen ser oposición, que se les rescate de la nada de nada en la que el desacuerdo de gobierno los tiene atrapados. El PP lagunero debe escapar, claro que sí, de la inexistencia en la que están encerrados; pero mejor será que afronten su nada desde unos paradigmas, y unas propuestas, diferentes.