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El negocio de la reparación naval

La cifra de negocios de la industria se desplomó en Canarias en julio pasado al caer un 27% con respecto al mismo período del año anterior, acumulando ya una bajada del 28,6% en lo que va de 2015. Una cifra que no solo demuestra el escaso peso que tiene el sector industrial en el Archipiélago sino que, además, confirma la pérdida, a pasos agigantados, de la poca presencia que tiene en la economía canaria. El Gobierno regional ha lanzado, a través del consejero de Economía, varios mensajes clarificando la apuesta del nuevo Ejecutivo por este sector, pero lo cierto es que el peso de la industria en la economía canaria escasamente supera el 8%.
Será muy difícil, por no decir, casi imposible, que la industria se acerque a niveles de sectores punteros en las Islas, como el turismo o construcción. Sin embargo, Tenerife tiene ahora en sus manos una oportunidad de oro para impulsar este sector y hacerse más competitiva. Y esta oportunidad pasa por las reparaciones navales. Un negocio que, además de generar empleo, supone millones de euros.

El presidente de la Federación del Metal (Femete), Alberto Villalobos, lo tiene clarísimo. “Una plataforma petrolífera tiene que pasar cada cuatro años por una revisión para cumplir los criterios de seguridad, al igual que ocurre con los aviones. El coste de esta revisión para las plataformas más pequeñas oscila entre los tres y los cinco millones de euros. La inspección de una grande supera los 30 millones de euros”, subrayó. “A esto hay que sumarle el gasto del arreglo si hay alguna avería y las tasas portuarias”, que según la propia Autoridad Portuaria suponen unos ingresos de 1,5 millones de euros. Hagan números. Con que lleguen cinco plataformas solo para una revisión rutinaria, se dejaría en la Isla 150 millones de euros, sin contar tasas ni arreglos.

Pero Villalobos fue más allá y apuntó que, en el caso de que este sector creciera y se instalara verdaderamente en el puerto de Santa Cruz ya como actividad consolidada, el negocio sería mucho mayor. “Porque estamos hablando de no solo reparaciones de plataformas, sino de buques también. Serían muchos contratos que darían empleo y estabilidad a muchas pymes”, afirmó. “Si la demanda es potente, este negocio podría dar empleo a miles de personas de manera directa e indirecta”, señaló. Tal es así, que Femete ha puesto en marcha el proyecto Femete Naval con el objetivo de formar a desempleados para incorporarse al sector de las reparaciones navales.
En este sentido, Villalobos reconoció que es posible que en la Isla no exista personal cualificado para realizar este tipo de trabajos, dado que se requieren conocimientos de soldaduras bajo el agua, reparación de maquinaria específica, muchos trabajos relacionados con tecnología, además de inglés, porque el trato con la mayoría de los buques es en este idioma. Además, recalca que muchas veces las propias plataformas solo quieren a empresas que estén certificadas y homologadas para realizar este tipo de trabajo. “Estamos trabajando para formar y que esas empresas subcontraten a pymes canarias para realizar estos trabajos”, indicó.
Por ejemplo, más de medio centenar de empleados de cuatro empresas locales participaron a finales de mes en la construcción de las defensas necesarias para garantizar el atraque de las dos últimas plataformas que llegaron al puerto de Santa Cruz. José Norberto Carballo, es representante de Transportes y Grúas Carballo, una de las empresas participante en esta tarea y señaló que esta actividad no solo dará más competitividad al puerto capitalino sino que “generará empleo directo e indirecto”. “Una reparación de este tipo”, precisó, “puede tardar entre 25 y 30 días y emplea a unas 300 personas, así que si esta gente tiene que esperar en la Isla, no solo genera el empleo de los que trabajamos en la reparación en sí, sino también a los hoteles, restaurantes, taxis, seguridad…”.

La Autoridad Portuaria, con Pedro Rodríguez Zaragoza, al frente ha realizado una fuerte apuesta por relanzar la actividad portuaria y, más allá, de convertir el recinto en uno de los primeros de Europa en tráfico de cruceros, también ha comenzado a posicionarse como plataforma intercontinental. Una herencia que el futuro presidente de la Autoridad Portuaria, Ricardo Melchior, tendrá que continuar y consolidar en el tiempo para que la actividad de la reparación naval consiga, además de empleo estable y de calidad, dar competitividad al puerto de Santa Cruz y desarrollo económico a la Isla.

“Llegará al puerto un astillero de primer nivel”

Con el regreso de la actividad de la reparación naval, después de dos décadas sin que el puerto de Santa Cruz supiera lo que es un astillero, ahora, el recinto capitalino puede posicionarse como un puerto potente, no solo de cara a las más de 180 plataformas que están en Guinea y que tienen que ser revisadas cada cuatro años, sino para la supervisión de buques. El presidente de Femete, Alberto Villalobos, adelantó que hay varios grupos de industrias “muy potentes” que tienen ya un compromiso con la Autoridad Portuaria para instalar en el puerto un astillero de primer nivel que supondría más empleo y más riqueza. “Estan surgiendo oportunidades para estas pymes que tras la reducción de actividad de CEPSA estaban en una posición precaria. Canarias está de paso para los buques procedentes de Europa y Asia y puede ser el lugar ideal para que estas naves paren en el puerto tinerfeño”, remarcó. Villalobos entiende el recelo del puerto de Las Palmas, pero aclaró que si esta actividad crece podrá extenderse por el resto de puertos. “Vamos despacio, pero el camino es el correcto”, apostilló.