el cráter

El oro de Pekín

La puerta que daba acceso a septiembre comenzaba a abrirse. Atrás quedaba un agosto barnizado de cremas y arena de playas, pero poblado por la barbarie más que nunca. Ejecuciones de civiles en Siria y destrucción de las ruinas arqueológicas de Palmira. Asesinatos de periodistas en México. Una extensa galería de cornadas mortales en la Península. El rugido de Trump prometiendo echar de Estados Unidos a 11 millones de indocumentados. Atrás quedaba también un agosto de mucho quehacer político, local y nacional.

En China, su economía capitalista, manejada por una política dictatorial y asentada sobre una sociedad mayoritariamente medieval, cambiaba el paso o hacía creer que lo cambiaba y aquí, en Occidente, los baluartes económicos trataban de no tropezar. Rajoy parece que lo tenía claro: “Lo que está pasando en China no va a tener repercusión importante en España”.

El portón de agosto se cerró y al ir a poner un pie sobre el suelo de este noveno mes se descubre el abismo. Aquel barniz desaparece y deja desnuda la realidad en la arena de las playas de Turquía. Surge la barbarie consentida. De ella parece nacer la solidaridad europea. Desde China llega un pez llamado Wanda, mejor dicho, un tiburón. Wanda quiere demoler España, mejor dicho el edificio España de Madrid y levantarlo de nuevo, pero la alcaldesa parece no estar por la labor.

En el umbral de septiembre Rajoy recibe a Clavijo y se aprecian signos de una relación fructífera. También sucede en el umbral de este mes. Como requiere la tradición y el protocolo, Rajoy recibe en la Moncloa al oro de Pekín y único medallista de la delegación española en los mundiales de atletismo celebrados en la capital china. Miguel Ángel López, un murciano que ganó la prueba de los 20 kilómetros marcha, una modalidad muy técnica en la que cualquier desliz, como en la política, conlleva la descalificación.

En el curso de la conversación, el campeón del mundo le aconseja al jefe del Gobierno sobre el devenir de los acontecimientos seguir la máxima de la marcha atlética: “Tenga siempre un pie en contacto con el suelo. Siempre con los pies en la tierra”. China y Siria, de cunas de la civilización a sedimento de la barbarie. Con oro o sin oro.