política

El pacto se ahoga en La Laguna

La supuesta firma del pacto de La Laguna es una noticia de El Jueves, la revista satírica que sale los miércoles. El mismo día en que Mariano Rajoy recibía a Fernando Clavijo en La Moncloa, los integrantes de la comisión de seguimiento del acuerdo de gobierno entre el PSOE y CC estiraban el chicle en una sala del Parlamento donde se mascaba el nerviosismo. En la sede del Grupo Nacionalista, un concejal de Granadilla de Abona sin responsabilidad orgánica alguna estampaba su rúbrica junto a la del secretario general de Coalición Canaria, a la sazón viceconsejero de la Presidencia. Nicolás Jorge y José Miguel Barragán escribieron garabatos sobre un papel en blanco cuya existencia desconocía la agrupación local implicada, la segunda de Canarias por número de afiliados. La ejecutiva de Javier Abreu no había sido informada. Solo sabe que no sabe nada. Es como casarse en secreto sin que se entere la novia o el novio.

Al término de la reunión, Julio Cruz se presentó ante los medios de comunicación con una carpeta bajo el brazo por la que asomaba un folio. Parece ser que la ley de transparencia no prevé situaciones como esta, porque el secretario de Organización socialista se reservó el contenido de lo que fuera que llevara tan escondido. Cuando una criatura se resiste a enseñar las notas en casa por algo será. Según ha descubierto este periódico tirando de la madeja, se trata de un bordado de punto de cruz para adornar las vestiduras que se rasgan. En realidad, la dirección regional del PSOE se negó a ceder a las presiones de Patricia Hernández y entregó la aguja de coser al único componente de la delegación impuesto por la vicepresidenta. A Cruz y Jorge los acompañaban Francisco Hernández Spínola, vicesecretario; Héctor Gómez, presidente de la gestora de Tenerife, y Dolores Corujo, secretaria general de Lanzarote. Estatutariamente, cualquiera de estas personas está más autorizada que el jefe de campaña de Hernández en las primarias de octubre de 2014. Con este gesto, la Ejecutiva del PSOE canario se encomendó a la legitimidad congresual y reivindicó su capacidad de mandato frente al “intrusismo” del Ejecutivo de coalición.

Cuando Cruz se encara con Clavijo, al advertirle contra las “agresiones verbales”, lo usa de pantalla para proyectar las divergencias de dos corrientes internas que se repelen: el Gobierno (Patricia Hernández) y la estructura del partido (José Miguel Pérez). Quedan alrededor de tres meses para las elecciones generales y hasta esa fecha serán constantes los chispazos. La preocupación por la lectura del contador de la luz oscurece las perspectivas y enciende el temor a que venga el coco. Si Rajoy articula una mayoría suficiente, no sería formalmente un acto de sabotaje que el ministro de Energía accione la palanca del cambio. Si acaso, de oportunismo político.