puerto de la cruz

Padres del Inés Fuentes defienden el cambio de centro para sus hijos

La ubicación del Inés Fuentes dificulta el acceso a una ambulancia. / DA
La ubicación del Inés Fuentes dificulta el acceso a una ambulancia. / DA

La decisión de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias de trasladar el centro de educación especial Inés Fuentes, ubicado en Icod de los Vinos, al colegio Infantil Clara Marrero en Puerto de la Cruz debido al mal estado de sus instalaciones y a su pésima situación estratégica, sigue siendo generando polémica. Entre otros motivos, porque también ha afectado a los alumnos matriculados en este último colegio que han pasado a integrarse al Juan Cruz Ruiz, también situado en el barrio de La Vera.

Padres y madres del Inés Fuentes apoyan el cambio dado que supondrá una “mayor calidad de vida” para sus hijos, que no solo tienen necesidades educativas especiales sino problemas de salud añadidos. En este sentido, apuntan que en el inmueble había “graves problemas de seguridad” debido a la dificultad de acceso que tenían las ambulancias, un recurso necesario dado que el 90% del alumnado sufre epilepsia y otros trastornos de salud que son graves, “pero siempre hemos estado callados porque valoramos que el personal que atiende a nuestros hijos es excelente”, declaran a este periódico. De hecho, añaden que han tenido “algún que otro susto” porque el vehículo de emergencia no llegó a las instalaciones en el tiempo requerido. A su juicio, el colegio Inés Fuentes no está ubicado en el lugar idóneo para acoger a este tipo de alumnado ya que es una calle muy estrecha donde además aparcan coches, y el inmueble tiene mucha humedad. Este factor, señalan, puede ser un problema menor para cualquier persona, pero para alguien con discapacidad se convierte en un problema de seguridad porque crea problemas pulmonares graves que unido a una enfermedad de base pueden conllevar problemas mayores. Además, aunque hay un ascensor, el centro tiene muchas escaleras y las barreras arquitectónicas son un impedimento serio para los niños. “Por todo este tipo de cuestiones se hace el traslado, no por capricho”, subrayan. Aseguran que el profesorado y la dirección del centro lucharon mucho para que se trasladara a una ubicación más idónea “porque estaban ahí y veían los problemas”.

Cuando los familliares fueron a ver el colegio Clara Marrero donde se trasladarán sus hijos, quedaron encantados. “Las aulas son soleadas y ello, para los niños que están en silla de ruedas y no pueden entrar en calor con el movimiento de su propio cuerpo la función del sol es muy importante”, manifiestan. Por el contrario, en el Inés Fuentes “son oscuras, pasan mucho frío y siempre se ponen malos”, explican. Por eso , aunque sus hijos todavía no han empezado en el nuevo centro confían en que lo hagan pronto.

“Nosotros sí que estamos solos y desprotegidos y no nos quejamos a la Consejería de Educación”, dicen, en alusión a las declaraciones del AMPA del Clara Marrero que el martes se quejó porque las aulas de Infantil y el patio del CEIP Juan Cruz Ruiz no estaban preparados para el comienzo de clases, tal y como se había comprometido en junio el departamento regional.Este último confirmó el lunes que el Inés Fuentes seguirá un año más como centro de educación especial y allí acudirán los residentes entre Tacoronte y San Juan de la Rambla mientras que al Clara Marrero serán derivados los alumnos que vivan entre los municipios de La Guancha y Buenavista.

“No se esconden como antaño”

Padres y madres de alumnos del centro de educación especial Inés Fuentes valoran que en los últimos años se haya producido un “cambio de mentalidad” en la sociedad en relación a las personas con discapacidad. “Afortunadamente buscan su lugar en el mundo, hacerse visibles y no esconderse como antaño”, apuntan. Por eso, consideran que también es hora de que dispongan de un centro accesible, en una ciudad como Puerto de la Cruz en la que puedan salir a pasear y tengan los mismos servicios que otros niños, como el poder contar con una ambulancia sin problema. “Hay quienes no se dan cuenta que en un lugar en condiciones el niño y el adolescente pueden evolucionar, ya que para muchos su vida transcurre entre el centro y su casa”, recalcan.