superconfidencial

El papa

1. El papa de Roma, el papa Francisco, se muestra indulgente con las mujeres que abortaron y ordena a sus sacerdotes que las perdonen, si se han arrepentido. Y, antes, hizo lo mismo con los divorciados y las divorciadas. El perdón es el mejor aval de una Iglesia supuestamente amiga, que cumple una impresionante función social, al margen de las cuestiones de fe y moral, más o menos discutibles. A lo mejor la Iglesia tiene que celebrar pronto otro concilio para adoctrinar a miles de obispos y sacerdotes anclados en el pasado. Hace falta transmitir la doctrina con lenguaje sencillo, pero sin caer en las estupideces que han hecho suyas los curas elementales y que han llegado a influenciar a las jerarquías eclesiales. Son discursos huecos que se traducen en homilías faltas de contenido. Parece absurdo aludir a cielo e infierno en pleno siglo XXI y no es de recibo recordar el catecismo último modelo a cada rato, lleno como está de nimiedades insoportables.

2. Entre tanto miembro de la Iglesia anclado en el pasado, este argentino acostumbrado a viajar en el metro y a ser una persona normal está revolucionando la doctrina. Es verdad que la Iglesia es sabia: cuando está en crisis, los cardenales del cónclave, por lo general personas lúcidas y muy formadas, eligen al papa adecuado. La elección de Francisco no fue baladí. Fue fruto del consenso, de la necesidad de cambio y del perentorio afán de dar a la Iglesia una nueva luz. Antítesis de Pacelli, de Montini, de Wojtyla y de Ratzinger, respectivamente aristócrata, distante, conservador y teólogo, Bergoglio es una versión renovada de Roncalli y muy posiblemente de Albino Luciani, aunque a este último no dio tiempo de conocerlo. Se murió o lo mataron antes.

3. El mundo sigue con mucha atención los nuevos postulados de Bergoglio. Y los teólogos de posturas más avanzadas están encantados con el new deal de la Iglesia Católica. Vendrán obispos de 40 años -el de Solsona actual, Novell i Gomá, fue nombrado a los 41 años- y la Iglesia sufrirá la necesaria transformación, que culminará, en una primera etapa, con la eliminación del celibato. Sacerdotes célibes, ¿para qué? Este papa es una avanzadilla de lo que nos espera a los que presumimos de católicos por el mero hecho de haber sido bautizados.

achaves@radioranilla.com