BALONCESTO

Puro teatro

Las quejas del Cádiz al desplazarse a La Palma reabren el debate de la incomodidad que aluden los clubes peninsulares al viajar a Canarias . / SUJA
Las quejas del Cádiz al desplazarse a La Palma reabren el debate de la incomodidad que aluden los clubes peninsulares al viajar a Canarias . / SUJA

Viajes largos con demasiados enlaces aéreos, calor o incluso la diferencia horaria, sí, la diferencia de una hora, son algunas de las quejas que han vertido jugadores y entrenadores cuando tocaba el turno de medirse a equipos canarios. El último, Claudio Barragán, que dijo no entender los motivos de que el Cádiz CF tuviera que jugar fuera de casa en Copa del Rey frente al CD Mensajero. El club amarillo fue un paso más allá, señalando días antes de la eliminatoria no disponer de billetes de avión, algo que resolvió la Federación Española de Fútbol en cuestión de unas pocas horas. Lo cierto es que, más allá de las quejas, parece evidente que dichas dificultades son nada comparado a lo que deben de sufrir los equipos insulares.

Viaje reportajeado
A solo tres días de que el Cádiz se viera las caras con el CD Mensajero la entidad andaluza anunció en las redes sociales que no había encontrado billetes de avión para llegar a La Palma, dejando la “decisión final” en manos de la Federación.

Dichos pasajes aparecieron, el Cádiz jugó, y ganó, en el Silvestre Carillo pero durante 48 horas se habló más de la dificultad del desplazamiento que del encuentro en sí. Incluso el diario Marca publicó a nivel nacional un reportaje en el que anunciaba que los gaditanos habían tardado casi 24 horas en llegar a La Palma, algo habitual cuando el viaje es al revés.

“Nuestros desplazamientos son muy complicados, muchísimo”, señala Claudio García, entrenador del Clarinos Ciudad de los Adelantados de Liga Femenina 2 de baloncesto.

El mejor ejemplo es, posiblemente, el viaje que deberán emprender cuando jueguen frente a un equipo de Extremadura o contra León: “Si jugamos sábado lo más viable es comenzar el viaje el viernes, a Madrid, de ahí por carretera cuatro horas hasta León, donde dormimos. Jugamos el sábado y nos vamos otras cuatro horas en coche a Madrid para tratar de coger el vuelo y no tener que hacer una noche extra en hotel”.

Pero, aunque incómodo, no parece el peor de los casos, ya que, si el viaje lo permite, lo primordial en algunas ocasiones es poder llegar directamente para jugar: “Si es posible salir a las 6.00 de Tenerife, llegar a Madrid casi tres horas más tarde y, por carretera, llegar al lugar donde jugamos, lo hacemos. Allí, a la espera de que empecemos a calentar, vamos directamente al pabellón o buscamos algún lugar donde tomar café”. Todo ello con la intención de no generar un gasto mayor.

En otras categorías y otros deportes la cuestión no varía demasiado. El CD Tenerife o el CB Canarias, equipos de élite, tampoco tienen sencillo muchos de sus viajes. Por ejemplo, los aurinegros, cuando el año pasado jugaron en Manresa regresaron casi 24 horas más tarde de haber acabado el encuentro, pero es algo que se asume como normal, a pesar de que siempre que la situación lo ha permitido, dichos clubes han tratado de que las federaciones los encuadren en grupos próximos geográficamente, pero es justo ahí donde llega otro problema.

Problemas de categoría
Cada verano hay inconvenientes con la composición de los grupos de Segunda B. A pesar de que la Federación paga los viajes, a varios equipos les supone un “trastorno” llegar a Canarias, como ya ha comentado algún protagonista.

Para el recuerdo quedarán las declaraciones de María Teresa Rivero, por entonces presidenta del Rayo Vallecano, que calificó de “espanto” viajar a Canarias “en siete ocasiones”. Eso sí, luego reconocería que para “hacer turismo, coger sol e ir a las playas” el archipiélago le parecía “un sitio ideal”.

Pero, además de eso, en categorías como la Liga EBA, e incluso la Segunda División B, un descenso deportivo puede ser irreversible toda vez que, como sucede con los clubes madrileños de la EBA, suelen cerrar filas con la intención de ahorrarse un viaje que consideran “muy importante” en sus presupuestos de cada curso.

Mito o realidad, lo cierto es que no existe en la hemeroteca ninguna queja canaria al respecto, más allá del cansancio de algún viaje o la incomodidad del mismo, algo que no se considera extraordinario, al menos cuando se trata de ir en dirección a la Península. Quizás al revés no ocurra lo mismo y dichas quejan seguirán siendo recibidas como hasta ahora.