a veces soy humano

Víctima y sin derechos

Comienza un nuevo ciclo, languidecen las extensas tardes de un verano que se encamina hacia el otoño. El optimismo estival nos hace creer que todo va a cambiar, que se inicia una nueva época, que ya germina la semilla de la nueva era. Sin embargo, esas sensaciones en absoluto basadas en la realidad, chocan frontalmente con la deshumanizada verdad.

Recientes sucesos nos devuelven la cara más amarga, triste y penosa del ser humano.

Un espécimen capaz de practicar los peores comportamientos con sus congéneres aunque sean miembros de su propio clan o familia. Aun así, conviene recordar al público en general, pero en particular a una cierta tipología de aspirantes a informadores, periodistas y escabrosos tertulianos, que en este caso la víctima ya había sufrido lo suficiente en vida.

Recordarles que no es necesario la doble victimización, también que después de fallecida no se merece el escarnio, la exhibición de su cuerpo yacente (incluso a color) de los rastros del presunto maltrato.
No es la primera vez que escribo sobre estas cosas porque me preocupa la deshumanización en nombre de una confundida libertad de expresión o, peor todavía, que bajo la bandera del derecho a informar se pase por encima de la imagen, la intimidad y el respeto a las víctimas. Este país necesita aprender los derechos que asisten a las víctimas, claro que como no protestan, ni suelen presentar demandas, están indefensas. Pero como todo en la vida hay clases.

Si la víctima pertenece a alguna estirpe social, empresarial o política sus derechos suelen estar a salvo, menos en el caso de haber flirteado con los carniceros de esa prensa rosa que ahora extiende su asqueroso halo hacia la información deportiva, económica y política, banalizándolo todo.

Esa pobre anciana de la capital tinerfeña, que parece haber fallecido en el más completo abandono, no se merecía la exhibición de su cuerpo en los medios de comunicación. Una cosa es informar del hecho y otra sacar a pasear la vertiente más morbosa y deshumanizada, alimentando a los salvajes devoradores de la carnaza.

Únicamente espero que algunos reflexionen sobre cómo tratan a las víctimas de cualquier suceso o delito en muchos presuntos medios de comunicación. Todo no vale.

@felixdiazhdez