superconfidencial

1976

1. En mayo de 1976 entré en Diario de Avisos. Yo estaba muy bien en La Tarde, donde la familia Zurita siempre me trató de una forma caballerosa, amistosa y hasta familiar. Admiraba a don Víctor, que había muerto me parece que en 1971. Llevaba seis años en el periódico y no tenía ningún motivo para irme, máxime cuando Alfonso García-Ramos, su director, era mi amigo, testigo de mi boda y, en cierta manera, maestro. Alfonso me regaló el manuscrito de Guad, novela con la que consiguió el premio Pérez Armas. Lo conservo. Pedro Modesto Campos, que había iniciado el proyecto del DIARIO DE AVISOS con Pepe Fumero, Pepe Capón, Federico Isidro, Jaime Daruis, Emilio Gimeno, Elías Bacallado y unos cuantos más, me llamó para ofrecerme el puesto de jefe de la sección de Deportes. Acepté. Y allí empecé a trabajar, con un sueldo de 35.000 pesetas al mes. Mi primer sueldo en La Tarde, como auxiliar de redacción, fue de 7.000 pesetas. Con ese dinero me compré un Rover 2.000, que era un coche inglés de pijo. Cada día iba y venía al Puerto, donde yo vivía con mis padres. Tenía 23 años.

2. Mi ascenso en el periódico fue, más que nada, a causa de una huelga perpetrada por el Partido Comunista. Un tal Quini, que con un tal Chema y un tal Charly, que vinieron de Madrid a poner en marcha el periódico, organizaron una huelga a los pocos meses de comenzar la andadura del DIARIO en Tenerife, tras su compra al agricultor palmero Antonio Carrillo Kábana. Ante la injusticia de la huelga, yo hice de esquirol y sacamos el periódico adelante, sin que fallara ni un solo día. Me ascendieron a redactor-jefe. Más tarde, a subdirector, y finalmente me hicieron miembro del consejo de administración. La póliza para comprar el edificio actual del periódico la firmé yo en la Caja Rural, junto a algunos de los empresarios citados.

3. Todo esto lo cuento cuando el periódico, que fue mi periódico y que vuelve a serlo gracias a Lucas Fernández, comienza una importante andadura, en la que participo. Estoy encantado. Este puede ser un gran proyecto. Yo sólo estoy donde me encuentro a gusto. Esta fue mi casa; di la vida por el DIARIO hasta que me echaron algunos de mis compañeros de consejo por defender a unas pobres prostitutas violadas en un cuartel. El 23F fuimos uno de los cuatro rotativos de España que editorializamos sobre la libertad y la democracia. Yo redacté ese editorial. Los tanques estaban en la calle. Nadie sabía lo que iba a pasar.