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Cargando con la abuela

1. Un joven afgano de 18 años, Ali, ha llevado a su abuela desde un pueblo de Afganistán hasta Hungría, en una silla de ruedas o en brazos, si los caminos impedían el paso del viejo carrito. La noticia ha causado impacto en las redes sociales y un reportero de la BBC, Ed Thomas, la ha lanzado al mundo. Miles y miles de kilómetros de penurias para salvar de la muerte a una señora de 105 años que admitía sentirse, ya en Hungría, “sólo un poco cansada”. Este acto heroico del joven Ali, al que ha acompañado toda la familia, se ha convertido en todo un símbolo para la libertad: su gente estaba amenazada por el terror talibán y los familiares tuvieron que salir a toda prisa del pueblo afgano donde vivían. Es de esperar que este chico reciba algún tipo de recompensa, aunque lo mejor para ellos sería el asilo en Alemania, país al que quieren llegar cuanto antes. Parece que ya han salido de Hungría y esperan en Croacia a que se les facilite el camino hacia el país germano.

2. Esta historia la ha protagonizado un joven de 18 años, que habla un poquito de inglés y que ha contado al mundo su periplo, lleno de dificultades y de penurias. Su relato es digno de un gran guion de Hollywood y no me extraña que así ocurra. Muestra a las cámaras de la BBC el carrito inverosímil en el que ha transportado a su abuela y confiesa que muchas veces la tuvo que llevar en sus brazos porque las ruedas del cochecito no podían sortear los obstáculos del camino. Su abuela centenaria soportó con estoicismo todas las dificultades del camino y ahora deberá sortear el frío que ya comienza en Europa, lo mismo que docenas de miles de emigrantes que vagan por pueblos y ciudades, sin apenas lugares en donde refugiarse.

3. La gesta de Ali merece un país de acogida para los suyos. Lo mismo que España dio asilo a la familia del entrenador de fútbol y su pequeño, el padre zancadilleado por una reportera húngara, en su camino hacia la frontera, pues Ali ha demostrado que merece esos papeles de refugiado y un lugar donde cuidar a su abuela centenaria. Son las noticias que uno ofrece con agrado porque hablan de solidaridad y, sobre todo, de amor verdadero y desinteresado. Qué hermoso.