CD TENERIFE

Presa de sus fallos

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La defensa blanquiazul ofreció muchas facilidades al Lugo. / PEDRO AGRELO Second Division match between Lugo and Tenerife.

El Tenerife seguirá una semana más en zona de descenso. Ayer hizo una buena primera mitad en Lugo, pero desapareció tras el descanso y fue incapaz de puntuar ante un rival que se limitó a aprovechar dos regalos de la zaga blanquiazul, personificados en Germán, para sobrevivir luego con las paradas del portero José Juan en espera de que el grupo de Agné se desinflara.

Más allá de la derrota ante el Lugo, el partido deja a un Tenerife en una situación complicada, tras sumar solo tres puntos de 15 posibles en las cinco últimas jornadas, dos de ellos logrados además de forma agónica ante Almería y Osasuna. Y que cada jornada parece un poco más lejos de encontrar una idea de juego en medio de continuos cambios de rumbo.

Forzado por las bajas de Cámara y Alberto, sancionados, Agné apostó de inicio por una pequeña revolución: devolvió a Cristian García al lateral derecho, olvidó el trivote, dejó a Pedro en el banquillo, colocó a Jairo en la izquierda y apostó en ataque por Cristo y Lozano, sus delanteros con más talento. Aunque el marcador dijera lo contrario, el experimento funcionó. El Tenerife no fue peor que el Lugo en la primera parte, pero se fue al descanso con un 2-0 en contra. Cuesta creerlo, pero no explicarlo: el grupo de Agné cometió dos errores con valor de gol y el portero José Juan se convirtió en el mejor jugador de los locales. Eso sí, antes de que comenzara su exhibición, Manu (minuto 6) sacó bajo palos un cabezazo de Carlos Ruiz que era gol.

En tres minutos se pasó del 0-1 al 1-0. Suena a excusa, pero es verdad. Al Lugo le bastó una apertura a la banda derecha y un centro con intención de Ferreiro para que Germán se liara en el área pequeña y exigiera a Dani una gran parada para evitar el autogol. El balón quedó suelto entre el desconcierto visitante y Jonathan Pereira aprovechó el regalo para marcar.

Crecido por el gol, Pereira llevó la zozobra al área del Tenerife durante unos minutos. Tirado a la izquierda, situado entre Suso y Cristian, se supo mover entre líneas y darle aire al Lugo.

Fue un espejismo, pues no tardó mucho el grupo de Agné en adaptarse a un campo que pasó de estar mojadito y rápido a encontrarse cada vez más pesado.

Por el camino, el Tenerife desaprovechó media docena de situaciones de gol. La más clara, un mano a mano de Lozano (minuto 17) ante José Juan, que desvió lo justo para que, tras el rechace, Dealbert se anticipara a Cristo en boca de gol. Aunque, antes del descanso, el portero local también se luciría tras disparos de Aitor Sanz, Aurtenetxe, Suso o Lozano.

No fueron las únicas opciones de un Tenerife que presionaba muy arriba, pues Cristo y Lozano remataron alto en acciones de peligro, mientras Jairo y Suso no precisaron el último pase en situaciones de ventaja. Y todo ello, mientras del Lugo apenas había noticias más allá del criterio de Pita en mediocampo y alguna llegada de Ferreiro por banda.

Otro tópico del fútbol reza que el que perdona lo paga y eso le ocurrió al Tenerife al filo del descanso, cuando Germán cometió un innecesario penalti sobre Caballero tras un centro de Ferreiro al corazón del área. El central blanquiazul perdió la referencia del ariete local y recurrió al agarrón como solución. Caballero aprovechó el obsequio con un disparo por el centro. El 2-0 era excesivo castigo para lo visto en la primera mitad y el Tenerife lo acusó en la reanudación. No bajó los brazos, pero ya fue incapaz de dominar al Lugo con la claridad mostrada antes del descanso.

Además, Milla logró equilibrar el partido con David López en el centro del campo, mientras Omar Perdomo apenas tendría trascendencia como lateral diestro. En un choque más equilibrado, José Juan pudo tomarse un descanso, inquietado solo por un remate desviado de Lozano justo antes de ser relevado. Mientras, Dani Hernández volvió a ser exigido y evitó que la derrota se convirtiera en goleada al lucirse en un tiro intencionado de Caballero, en un disparo a bocajarro de Pereira o en un doble remate de Ferreiro y Seoane.

Y si no era el árbitro el que anulaba un gol de Caballero (minuto 54) por mano previa de Seoane, después de que el propio Dani y Carlos Ruiz bajo palos evitaran el tanto de un Lugo que crecía en ataque apoyado en un inspirado Ferreiro. Paralelamente, el Tenerife se apagaba e iba perdiendo jugadores: Jairo se retiró lesionado en el tobillo y Lozano con algunas molestias.

Para entonces el Tenerife no tenía el balón y el argentino Tomás Martínez aportó poco. Y se ganó una amonestación absurda, fruto de la impotencia, similar a la que poco después se llevaría Cristo González. En defensa del mediapunta de River Plate habría que decir que ofreció buena disposición y algún pase con criterio, pero que ni el partido ni el césped eran propicios para su lucimiento.

Las opciones de puntuar las había desaprovechado en la primera mitad, cuando no tuvo puntería ni suerte… y Germán cometió dos errores de valor gol, de esos que deciden partidos y marcan la distancia entre pelear por la permanencia y optar a metas mayores.

Y que impiden encontrar una idea en medio de constantes cambios de rumbo.