tribuna

¡Corruptos al infierno! – Por Fermín Bocos

En la Audiencia Nacional gustan de los clásicos. Magistrado o secretario hay familiarizado con el Panteón griego y sus mitológicos habitantes. Han bautizado como Operación Hades la investigación judicial que indaga los negocios presuntamente delictivos de varios de los hijos de Jordi Pujol, ex presidente de la Generalidad de Cataluña. Empezando por los de su primogénito, Jordi Pujol Ferrusola, muy activo dirigiendo los negocios del clan. Los registros llevados a cabo por los policías en presencia de un fiscal se iniciaron por el domicilio familiar del ex presidente de la Generalidad. La imagen es demoledora. Hablamos de ciudadanos que durante años se han comportado de manera arrogante moviendo dineros de dudosa procedencia hacia Andorra y otros paraísos fiscales. Veremos en qué queda la cosa, pero todo parece indicar que esta operación es el principio del fin de la impunidad con la que venían actuando. Para los investigados se han abierto las puertas del Hades. Hades, el rey de los muertos y señor del Averno, era conocido entre los romanos como Plutón, el Rico. Bien traído, pues, el nombre de la operación, como no pudo ser mejor el hallado para etiquetar otra de las golfas historias de corrupción protagonizadas por políticos de dedos largos y moral escasa. Como la Operación Púnica fue bautizada la investigación de las andanzas corruptas de Francisco Granados (ex secretario general del PP de Madrid) porque Punica granatum es el nombre latino de la granada. Según la mitología, era la fruta de Hades. Quien la probaba ya no podía abandonar el Infierno. Un año largo lleva en prisión preventiva Francisco Granados, a la espera de que la Justicia arranque uno a uno los secretos que guardan los granos de la tupida red organizada para el presunto cobro de comisiones a cambio de otorgar contratos de obras públicas. Granados, al igual que los Pujol y otros muchos (la lista es larga), se creció ante la sensación de impunidad reinante. Eso se acabó. ¡Corruptos al Hades!