El anunciado parque para perros de Bajamar, que levantó una polémica vecinal y que al parecer se iba a cambiar de ubicación, está abierto y siendo utilizado por los usuarios, según denunció Alicia Hernández, la representante vecinal que lideró el pasado agosto la iniciativa y la recogida de firmas en contra de la situación del parque, en la urbanización Lagunamar.
Hernández recordó que, según un informe del servicio de Planeamiento y Planificación de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de La Laguna solicitado por ella, en el vigente Plan General de Ordenación (PGO) del municipio “no cabe el uso propuesto de parque de perros”, sino que está destinado a áreas de juegos y áreas ajardinadas. A lo que añadió que, en base a esta prohibición del PGO, el alcalde de La Laguna, José Alberto Díaz, le comunicó que “evidentemente el parque no cabía ahí, porque el Ayuntamiento era el primero que tenía que cumplir con el PGO”, relató.
Sin embargo, Hernández afirma que, en la actualidad, los dueños de perros están utilizando el parque porque, aunque no hubo nunca una inauguración oficial, la instalación ya estaba construida y se ha mantenido abierta, por lo que los usuarios pueden acceder al parque.
“No se ha cumplido lo que nos dijeron y es un incumplimiento del PGO”, enfatizó la vecina, quien presentó hace unos 20 días un escrito en el registro de entrada del Ayuntamiento de La Laguna solicitando que se retirara el vallado y el cartel informativo del parque porque “el sitio es ilegal”. Hernández criticó que, hasta el momento, no ha recibido ninguna respuesta por parte del equipo de gobierno. Por ello, afirmó que “si no lo quitan, llevaré el tema por la vía judicial, pidiendo además indemnizaciones y responsabilidades”.
DESDE AGOSTO
Esta vecina había remitido, el pasado mes de agosto, un escrito al Ayuntamiento de La Laguna, junto con 172 firmas, para solicitar una ubicación “más idónea” para el parque. En dicho escrito, los vecinos criticaron, en concreto, “su implantación junto a viviendas particulares”, sometiendo a estos vecinos “a malos olores” derivados de los excrementos “que no todos los dueños de los perros recogen”; así como a ruidos, los pelos de los animales y “plagas de pulgas, garrapatas, moscas, ratas, etcétera”.