acabo de llegar

Me entregan otra carta – Por Carlos Acosta García

Cuando uno recibe una carta sin firma o con una firma ilegible, por mucho que se lea, poco se saca en claro, pues puede ser la firma de Rodríguez, Domínguez, González o algo así, y uno se pone ya a la expectativa, con coraza defensiva, tras un muro de granito, del que nos decía don Agustín Cabrera que era el más duro obstáculo (Bueno, él decía el más duro pedrusco o algo así, pero…). Lo cierto es que me ha llegado la carta. No es ofensiva, pero un tanto agresiva. Y todo porque a mí se me ocurrió escribir que empleo la voz licúo en lugar de licuo en el presente de indicativo del verbo licuar. Dice mi antagonista (por favor, no tome usted lo de antagonista como si yo hubiera escrito enemigo) que ese es un verbo raro y que el caso citado no lo encontraré en todo el diccionario por mucho que busque. O sea que, según él, la voz licúo no puede tener otras que sigan el mismo camino a la hora de adornarse con una tilde (En verbos como licuar, se entiende).

Está rotundamente equivocado el señor que me escribe con firma rarísima, que no me permite descifrar, como si me tuviera miedo de que yo supiera su identidad. No se preocupe, hombre. Aunque tengamos opiniones, no solo dispares, sino contradictorias, no me enfado cuando alguien me corrige. Al contrario, agradezco el favor. Pero vamos a lo que vamos. Me dice usted, o eso creo colegir de sus palabras, que no hay en nuestra lengua otros verbos que sigan la versión que he dado del verbo licuar. Va a ver usted que no es así.

Cuando usted pretender conjugar el presente de indicativo del verbo puntuar tendrá que decir usted yo puntúo, con tilde en la u para romper el diptongo. Pero no es un caso único, hombre de Dios. ¿Cuando se tropieza usted con el verbo actuar no utiliza la palabra actúo cuando trate de conjugar el presente de indicativo? Ya he citado dos, que acaban de ocurrírseme; pero para usted no será suficiente. Así que intentaré encontrar otros para ver si logro convencerlo (Lo dudo, pero…).

Como hemos hablado de tildes se me ocurre ahora otro verbo que también le parecerá a usted un tanto antipático. Pero repito que quiero ayudarlo. Se trata de acentuar. ¿No ha oído usted eso de acentúo? Existe también, aunque sea algo rarillo, el verbo conceptuar. Por lo tanto vale conceptúo. Con los verbos efectuar y fluctuar se encuentra uno con efectúo y fluctúo, que son palabras correctas. Al menos, eso dice la Gramática. Si empleamos el verbo desvirtuar podemos y debemos decir desvirtúo. Y si empleamos evaluar aparecerá, queramos o no, el vocablo evalúo.

Pero quiero que se tome usted un pequeño descanso. Le cito los verbos averiguar y apaciguar donde no ocurre ese fenómeno que parece temer usted enormemente. O sea, que se dice averiguo y apaciguo, sin que aparezca la dichosa tilde. Y termino con ayuda de un amigo: el profesor universitario Humberto Hernández, en cuyo espléndido diccionario Clave, editado por SM en marzo de 2012, leo (pág. 1.649) lo siguiente, referido al verbo redituar: “Producir utilidad periódicamente”: “su negocio les reditúa ganancias desde hace años”. Y se añade, además del origen de la palabra, estas otras: “La u lleva tilde en los presentes, excepto en las personas nosotros y vosotros”. ¿No le parece a usted, desconocido amigo, que la opinión de un profesor universitario debe ser muy tenida en cuenta?

Por hoy, no creo prudente seguir con el guineo. Me perdonará usted. La lección ha sido un poco aburrida, lo reconozco.