el diván

Hijo tirano

Con frecuencia cuando decidimos tener hijos no somos conscientes de lo que se nos viene encima. Hay una frase conocida: “De pequeños están para comérselos y de mayores, ¿por qué no nos los habremos comido?”. Lo cierto es que ser padres es lo más maravilloso que te puede ocurrir en la vida pero, a la vez, es el trabajo donde más deberás esforzarte y más responsabilidades tendrás que asumir, sin fines de semana de descanso. Muchos se preguntan constantemente si lo estarán haciendo bien, y es que son muchísimos los padres que al dedicarles menos tiempo que el que desearían por motivos laborales sienten culpabilidad e intentan compensarles evitando que en esos pequeños momentos que comparten juntos aparezca la discusión. Intentan convertir esos momentos en un tiempo mágico para los niños. Pero no olvidemos que la magia no existe y que los niños para ser felices también necesitan aprender lo que está bien, lo que está mal, hasta dónde pueden llegar, normas, límites, y que si no lo aprenden en edades tempranas lo tendrán que hacer a través de conflictos con otros o con ellos mismos en la etapa adulta. Nadie dijo que ser padre fuera sencillo, por lo tanto, no intentes que lo sea. Es esencial elegir un estilo educativo equilibrado. Olvida la dictadura con ausencia de razonamiento, “esto es así porque lo digo yo y punto”, y mucho menos te conviertas en amigo de tus hijos. Ya lo dijo en su momento el juez Emilio Calatayud: “Desde el momento que seas amigo de tus hijos, los dejarás huérfanos”. Tiene que haber una comunicación con razonamiento, muchísimo afecto y, a la vez, límites, normas y consecuencias al no cumplirlas. Es la única manera de conseguir eliminar conductas inadecuadas y educar de manera saludable. Pero si sigues empeñado en ser padre a lo fácil, aquí te dejo el decálogo para que consigas hacer de tu hijo un tirano: Dale todo cuanto desee. Así crecerá con la idea de que el mundo se lo debe todo y que esforzase para conseguir algo, no está hecho para él. No corrijas sus conductas inadecuadas. Podría desarrollar un complejo de culpabilidad o frustración. Dale siempre la razón. Así aprenderá que su visión del mundo es la única válida y que su familia, profesores y leyes son realmente los culpables de todo. Hazle la cama, lávale su plato, recoge su habitación. No le des ningún tipo de responsabilidad. Así en su edad adulta pensará que no existe quien no esté a su servicio. Dale todo el dinero que te pida. Esta será la única manera de aprender que, para conseguir dinero, no hay que trabajar ni esforzarse. Mantén discusiones con tu pareja o habla mal de su padre o madre delante del niño. Así creará un concepto de familia donde “vale todo”. Cuando no cumpla una norma, réstale importancia. Ya tendrá tiempo de aprender a base de rupturas sentimentales, despidos laborales por no nombrar las consecuencias legales a la hora de delinquir. Lo cierto es que, si queremos ser buenos padres, tenemos que educar en principios y valores. Aunque te parezca mentira, el “no” que tanto te cuesta decirle, será el que le ayude a “no” cometer muchísimos errores en la etapa adulta.
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