el charco hondo

Insumiso

Anécdota o chiste, tanto da, el médico concluyó que tenía que dejar de fumar, beber y comer alegremente; de lo contrario, le dijo, se arriesgaba a no llegar a viejo. Así la cosa, el paciente sentenció, “no sé si dejar de fumar, beber y comer me alargará la vida, de lo que estoy seguro es de que la vida me va a resultar demasiado larga”. Organización con una larga trayectoria profetizando el fin del mundo, la OMS redacta informes para concluir que, efectivamente, vivir aumenta el riesgo de sufrir cáncer. Siembran el pánico con titulares escalofriantes para, acto seguido, decir con voz baja que basta tirar de sentido común para no morir salvajemente estrangulado por una chuleta. Siempre lo mismo. Confunden. La distancia más corta entre dos puntos es la que une a la exageración con la caricatura. Provocan que la oportuna invitación a comer con moderación quede enterrada por el cachondeo, generan risas porque el informe de la OMS anima a celebrar con urgencia la fiesta de la carne roja y los embutidos. ¿Comer carne es peligroso? Si diariamente desayunas una parrillada de carne de caballo, almuerzas una o dos cabras que acompañas con un surtido de salchichas o hamburguesas, y cenas una ensalada de carne roja -vacuno, cerdo y cordero, pongamos-, entonces sí, despreocúpate porque no darás tiempo a que el tabaco, el alcohol, el plutonio o el aire contaminado acaben contigo. Vivir no es cancerígeno, peligroso es alarmar irresponsablemente; y si hacemos caso a la OMS solo nos queda comprarnos un pollo e irnos con él a una isla desierta (esto es como cuando filtran con malas artes que tal medicamento puede ser dañino; y sí, claro, si te metes catorce sobres de ibuprofeno por los ojos lo mismo se te acelera la presbicia). Ante el último informe de la OMS cabe declararse insumiso. Para que la vida no se nos haga demasiado larga lo suyo es darnos este fin de semana un homenaje de carne bien procesada; y, puestos a desafiar a Occidente, ir y volver en un Volkswagen.