tribuna villera

John Carlin en La Ranilla

Un año más nos acercamos a La Ranilla del Puerto de la Cruz para asistir a las jornadas de Periplo, un ejercicio de arte en la calle para tratar sobre la literatura de viajes, en una ciudad que ha conocido muchos acontecimientos en relación al Turismo. Primero fue en 1799 cuando el naturalista alemán Alejandro de Humboldt visitó el Puerto de Orotava y quiso escalar el Pico del Teide. Curiosamente Humboldt fue declarado recientemente como el pionero de la literatura de viajes por el profesor prusiano Ottmar Ette, de la universidad de Postdam, al conocer su periplo por tierras del continente americano. En los años 20 del siglo XX el concejal portuense Luis R. Figueroa le contestó al periodista Alfredo Fuentes, de La Prensa, que la mejor manera de promocionar el turismo en el Puerto de la Cruz era adornándolo de literatura. Eso fue lo que sucedió en la tarde del miércoles 7 de octubre en el Puerto de la Cruz, cuando el escritor y periodista británico John Carlin, se acercó hasta el Museo Arqueológico, en La Ranilla, para contarnos de manera desenfadada sus vivencias en sus viajes por el mundo, por África, América y Europa, con una Islandia especial.

Cuando nació Carlin, el 12 de mayo de 1956, ningún sismógrafo anunció su natalicio a pesar del invento chino de siglos anteriores. Aquel chico británico que vivió los cinco primeros años de su vida en el norte de Londres se convirtió en un verdadero terremoto literario, en lo político y en lo deportivo, con muchas dosis de humanismo. Posiblemente se debió a sus progenitores, escocés su padre y española su madre. Las relaciones con Argentina le vienen por el destino profesional de su padre en la embajada británica cuando las Malvinas. Nos llamó la atención la experiencia viajera de Carlin, no por los países visitados, que fueron muchos, sino por la diversidad humana de los personajes que conoció. Políticos y artistas, deportistas y cineastas, personajes anónimos y sacrificados del mundo. Todo ello gracias a las corresponsalías de algunos periódicos de nivel como The Independence y El País. La claridad y exquisitez a la hora de contar sus encuentros con Nelson Mandela nos permitió disfrutar de lo lindo en La Ranilla. Y no digamos cuando relató la historia de los guiones cinematográficos con Morgan Freeman y Clint Eastwood, así como las entrevistas con personajes como Maradona, Beckham y Nadal, y opiniones sobre Messsi y Mourihno. Lo mejor fue el mensaje que nos dejó acerca de la importancia de la credibilidad en el trabajo, y lo peor el fanatismo por el fútbol, la religión de la sociedad del siglo XXI, a pesar de la FIFA.