SOCIEDAD

El domingo es el día más largo del año al atrasarse una hora el reloj

Los canarios viviremos mañana domingo el día más largo del año al retrasarse esta madrugada una hora el reloj, medida que persigue un ahorro energético y que no son pocos los que discuten que realmente sea práctico desde ese punto de vista, sino que además añaden inconvenientes desde el punto de vista sanitario.

Así, cuando sean las dos de la mañana los canarios volveremos a la una, recuperando la hora que se perdió en primavera, cuando se adelantaron los relojes en una medida que en el resto del territorio nacional se produce de tres de la madrugada a las dos.

En esta nueva etapa del año, habrá menos luz, anochecerá antes y los días serán más cortos. El objetivo de este atraso de hora, que viene aplicándose desde mediados de los 70 en España como una de las consecuencias de los efectos de la crisis del petróleo de 1973, es el ahorro energético. En toda la Unión Europea son obligatorios estos cambios de horario, fijados finalmente para el último fin de semana tanto de marzo como de octubre, desde que una directiva lo ordenó a partir de 1987, y su objetivo oficial es el de reducir el consumo de energía y equiparar el comienzo de la jornada laboral con las horas de luz natural.

Sin embargo, la propia Comisión Europea reconoce que tal ahorro energético no es tan importante e incluso habla de que es relativamente pequeño, ya que en algunos países es mucho más efectivo que en otros, donde incluso se considera nulo.

Buen ejemplo de ello es España, donde salvo Canarias ni siquiera tiene ajustado su horario al meridiano que le corresponde a su territorio tras un esperpéntico cambio efectuado durante la primera etapa franquista. Fue al principio de los años 40 cuando se optó por unificar la hora de la Península y Baleares con la de Berlín por influencias de la política germanófila del régimen dictatorial, tan pronto diluida a medida que los nazis empezaron a ceder ante los aliados en la II Guerra Mundial. Por último, recuerde que algunos terminales digitales están programados para cambiar de forma automática la hora, pero los relojes analógicos deberán ser ajustados manualmente.