IBEROSTAR TENERIFE

Martínez se apunta al rosa

Martínez, sobre el parquet del Santiago Martín| SERGIO MÉNDEZ
Martínez, sobre el parquet del Santiago Martín| SERGIO MÉNDEZ

Hablando cara a cara con Alejandro Martínez es sencillo adivinar que no le resulta fácil superar el rubor de referirse a sí mismo como personaje público, pero la causa lo merece. Vaya si lo merece. Sabe que ser entrenador en la Liga Endesa es un escaparate desde donde se puede ayudar a los que más lo necesitan y ahí no hay vergüenza que valga. Poco importa que falten 15 minutos para que empiece a entrenar su equipo y que la sesión fotográfica nos haya retrasado algunos minutos. “Hay tiempo para todo”, dice mientras sonríe utilizando, en todo momento, el tono autocrítico de los que creen que nunca es suficiente cuando se trata de solidaridad.

“Es que creo que estamos poco aprovechados en general”, señala convencido porque “ser personajes reconocidos puede ser importante para ayudar a determinadas causas”, afirma mientras insiste que muchos de sus compañeros de profesión también llevan a cabo otras muchas iniciativas, aunque quizás sin tanta repercusión mediática como algunas de las que él ha sido protagonista. Tampoco todas las que él ha llevado a cabo son públicas, ni mucho menos, pero sí alguna de las más significativas como es su decidido apoyo en la lucha contra el cáncer, especialmente al de mama, cuyo día internacional se celebrará mañana.

Idea en pareja
Un buen día Alejandro Martínez y Patri, su mujer, decidieron llevar a cabo una primera aportación. Así comenzó su apoyo a las monjas del Centro Matilde Téllez de Puerto de la Cruz, dedicado a la acogida de menores en desamparo, a las que compraron material de todo tipo para que los más pequeños pudieran tener la mejor educación posible. Alejandro consiguió, por ejemplo, el apoyo del Bilbao Basket, que cedió también algunas equipaciones.

Sería poco más tarde cuando llegaría su vinculación con el solidario color rosa: “En casa somos muy aficionados a la NFL estadounidense y allí, durante todo el mes de octubre, la competición se tiñe de ese color y los jugadores, entrenadores y la propia liga se involucran mucho”.

De ahí surgió la idea de lucir corbatas rosas durante los encuentros que el CB Canarias jugara durante el mes de octubre. Todo el cuerpo técnico del club vistió con dicha prenda de ese color algo que, curiosamente, llegó a tener detractores que no entendían que no lucieran el tradicional color amarillo.

Euros por puntos
Obviamente, poco importaron aquellas críticas, y lo que comenzó como un gesto para llamar la atención y conseguir una mayor concienciación de la sociedad y una mayor atención a enfermos y familiares siguió creciendo poco a poco. Fue entonces cuando Alejandro Martínez tomó la determinación de donar un euro por cada punto anotado en una jornada de la pasada edición de la Liga Endesa. En aquella tercera fecha del calendario se anotaron 1.377 puntos, que se convirtieron en otros tantos euros (al final fueron 1.400) que fueron donados a Ámate: “Todos tenemos un familiar, un amigo o alguien cercano que ha sufrido, o sufre, esta enfermedad y creo que, no solo la aportación económica, sino que el apoyo en sí es muy importante porque ayuda a llevar mejor ese trance”.

Toda la España cestista se hizo eco de aquella iniciativa llevada a cabo por Alejandro, por lo que el objetivo estaba conseguido: “Hay muchas personas públicas, aunque no me guste decirlo, pero realmente lo somos, que pueden ayudar. Tenemos la posibilidad de que mucha gente se fije en nosotros y nos pueda tomar como ejemplo, moledo o espejo y creo que somos un buen escaparate para muchas cosas”.

Los programas deportivos de las emisoras de radio más importantes del país entrevistaban al técnico del CB Canarias, que también ocupaba un hueco dentro de la prensa deportiva nacional, que ponía el foco en el equipo del Santiago Martín más allá de por su buen juego o por poder lograr el objetivo de la permanencia de manera holgada temporada tras temporada: “Sinceramente, no esperaba que aquello fuera a tener aquella repercusión, pero por otro lado queríamos que sí que la tuviera para que realmente se hablara de ello y hubiera más gente que pudiera concienciarse o pudiera echar una mano. Queríamos que fuera así, que tuviera la repercución que obtuvimos en aquel momento y con aquella idea que tuvimos”.

Pero quien conoce al entrenador del Iberostar Tenerife, o simplemente con estar a su lado más de diez minutos, sabe de su mente inquieta, siempre tratando de buscar nuevos objetivos, algo que también traslada a su faceta solidaria. Este verano, en busca de alguna novedad que volviera a resultar llamativa, consideró que podía ser efectivo regalar un silbato rosa a todos sus compañeros de la Liga Endesa -y a su amigo Gonzalo García de Vitoria, técnico del Ourense- para que llevaran a cabo sus sesiones preparatorias durante estos 30 días. La idea, como no podía ser de otra manera, gustó a los entrenadores: “Se nos ocurrió, hablé con Silbanding.com, que es una tienda especializada en este artículo, y me dijeron que no tenían stock, pero que lo tendrían. Mi idea era la de poder dárselos en la reunión que tuvimos el pasado mes de septiembre y así lo hice. Los mandaron al hotel en el que yo me hospedaba, los recogió y me dirigió con ellos a la reunión”.

Tras la sorpresa inicial -no es habitual que un entrenador de una categoría de élite haga un obsequio al resto de compañeros de su competición- llegaron las reacciones positivas. El antes citado García de Vitoria, Ibon Navarro, del Manresa, Velimir Perasovic, del Baskonia o Aíto García Reneses, entrenador del Herbalife Gran Canaria, colgaron en las respectivas redes sociales de sus clubes una foto dirigiendo sus entrenamientos con la ayuda del silbato solidario, por lo que, una vez más, Martínez consiguió volver a poner la atención en la lucha contra el cáncer.

Su club, como no podía ser de otra manera, lo respalda en cada iniciativa, aunque, como sucediera a la hora de regalar los silbatos, aquello también fue una sorpresa para ellos: “A esa reunión fui con Aniano Cabrera, nuestro gerente, y no había comentado nada porque quería que aquello tuviera un poquito más de impacto. Si ya anuncias que íbamos a repartir unos silbatos igual se diluye un poco aquello. Además, en verano, digamos que todo es menos importante porque está el fútbol ya empezado y queríamos que todo fuese un poquito más focalizado en esa reunión. Creemos que salió bien y que tuvimos la atención que necesitábamos”.

Cada paso que da en ese sentido lo hace creyendo firmemente que todos los integrantes del deporte profesional deben ser “más utilizados” para este tipo de asuntos por la capacidad de poder llegar al gran público y de ser un ejemplo para los más pequeños: “Tanto a los jugadores profesionales como a los entrenadores profesionales se nos utiliza poco. Se nos debería utilizar más para esta serie de iniciativas. Espero que con esto también se tenga en cuenta que muchas veces se organizan iniciativas y proyectos de distinto tipo y se piensa en gente como nosotros, pero no se nos dice, quizás porque creen que estamos muy ocupados, o que nuestro trabajo no nos lo permite, pero tiempo para ayudar a la gente siempre se puede sacar sea cuál sea tu trabajo o, en nuestro caso, estemos en el momento que estemos de temporada”.

No es, ni mucho menos, el único técnico que lleva a cabo cosas de este estilo ya que, como el propio Alejandro reconoce, “muchos” de sus compañeros, algunos a los que ha tocado de cerca esta enfermedad y otros “simplemente por solidaridad”, también llevan a cabo actividades en el mismo sentido, aunque prefieren que las mismas no sean conocidas: “Hay mucha gente que colabora económicamente , que lleva mucho tiempo haciéndolo. Hay gente que es solidaria y no lo va gritando a los cuatro vientos, sino todo lo contrario, lo lleva en la intimidad, en su casa, con su familia. Yo sé de muchos compañeros en ACB que son así, pero simplemente creía que a lo mejor esto puede servir de ayuda para toda esa gente que sufre la enfermedad cada día”.

El relato de Alejandro Martínez en lo que se refiere a esta enfermedad no alude a palabras tristes, tampoco en él hay lugar para el desánimo, sino que se basa en la capacidad de luchar día a día pero, sobre todo, de lograr que, en la medida de las posibilidades de cada uno, se pueda ayudar a todos aquellos que no están pasando por su mejor momento.

“Siempre hay tiempo para apoder ayudar a la gente que lo necesita para que se sientan apoyados y que vean que no están solos” afirma de manera serena, pareciendo no ser consciente de la labor que lleva a cabo y lo importante de la misma.