1. Todo cambiará, menos la radio. La radio ha sido el mejor instrumento de comunicación del mundo, el mejor vehículo de propaganda, el mejor transmisor de pensamientos. Aquí la inventó Radio Club, en la noche de los tiempos, e incluso fue Radio Club, a través de Victoriano Francés, la que trasmitió el parte que puso fin a la guerra civil. ¿Quieren más? Ahora, la misma gente de la Radio Club moderna -no de ésta, a la que ahora llaman SER- está haciendo un programa de seis horas, ¡Viva la radio!, del que ya se habla, y mucho, y sólo lleva una semana en antena. Qué emoción tuvieron que sentir los viejos locutores que estaban haciendo historia. Qué emoción siento yo ahora al recordar a Genoveva, a Miguelito, a Juan Rolo, a Teresa Alfonso y a quien obró el milagro, Paco Padrón. Los dos últimos lo pueden contar.

2. Ahora, Lucas Fernández, que tiene tanta imaginación como sentido de la amistad y de la generosidad, se acaba de inventar un programa que está rompiendo. Y ha metido en vereda a los últimos de Radio Club, que son como los últimos de Filipinas, con el aderezo inoportuno de un carroza como yo. Qué aventura tan fantástica, qué perspectivas tan buenas y qué idea más genial la de resucitar a profesionales un tanto dormidos, dedicados a otros menesteres y que no hacían radio. Oyéndolos me traslado a un tiempo pasado que, indudablemente, fue mejor.

3. Pues que viva la radio con su nueva transmisión desde la orilla del Atlántico para todas las Islas Canarias, con la frescura de los veteranos, que también la tienen, con la osadía que da la veteranía, con la gracia de quienes lo han vivido casi todo y se lo toman casi todo con humor, con la solvencia de profesionales curtidos en mil batallas y con la sabiduría de quienes han recorrido, con sudores y con lágrimas, grandes y fructíferos caminos profesionales. Yo me excluyo de todos los adjetivos, pero estoy encantado de estar con ellos, informando, formando y entreteniendo a Canarias. Y para todos los que hicieron posible, desde el pasado, esta nueva andadura, este será el mejor homenaje. Que vuelva a sonar el piano del maestro Juan Estany y que viva la radio, la nueva radio.